El radar móvil instalado ayer a la altura del kilómetro 175 de la Nacional 601 en Boecillo.

Tres radares móviles colocados a la vista vigilan 532 kilómetros de vías secundarias en Valladolid

La DGT experimenta en la provincia su nueva política de control de la velocidad centrada en 30 tramos de carreteras de doble sentido

J. Sanz

Sábado, 2 de mayo 2015, 13:02

La Guardia Civil comenzó a aplicar desde primera hora de la mañana de ayer la nueva política de la Dirección General de Tráfico (DGT) de situar sus radares camuflados en lugares «bien visibles» para los conductores que transiten por alguna de las dieciséis carreteras de doble sentido de la provincia que han sido elegidas por la institución para poner en marcha este experimento. Los agentes de Tráfico disponen en la actualidad de tres velocímetros instalados en otros tantos vehículos de paisano, que durante los próximos tres meses colocarán de manera aleatoria, pero siempre a la vista, en los treinta tramos seleccionados por ahora y que están publicados desde ayer en www.dgt.es.

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El proyecto piloto de la anunciada política de transparencia anunciada en su día por la directora general de la DGT, María Seguí, ya está en marcha desde ayer no solo en territorio vallisoletano sino en el resto de provincias de la comunidad y en la vecina Asturias. ¿Es tan sencillo como se dijo saber dónde se van a colocar los radares móviles? Pues más bien no. La información sobre los tramos designados para situar los cinemómetros es un galimatías de puntos kilométricos y siglas de carreteras nacionales, autonómicas y provinciales que abarcan la friolera de 532 kilómetros de la red viaria vallisoletana. El caso más llamativo, sin duda, es el de la Nacional 601 en su doble vertiente hacia Madrid y León. En el primer recorrido se contemplan tres tramos de vigilancia que abarcan 49 kilómetros entre los puntos kilómetros 135,7 y 185 y, en sentido a Medina de Rioseco, se recogen otros 52 repartidos entre los kilómetros 213 y 275.

95 sanciones cada día

Así que no resulta sencillo saber dónde puede estar el radar de turno salvo para los habituales de la carretera de turno, ya que la mayoría de los treinta tramos seleccionados de las dieciséis carreteras de doble sentido (N-601, N-122, Cl-600, VA-801,...) cubren distancias que oscilan entre los seis y los treinta kilómetros seleccionados en función de su siniestralidad o de los excesos de velocidad detectados en ellos con anterioridad.

Lo que sí va a ser más fácil en adelante será localizar los vehículos camuflados en los arcenes de estas vías. «La orden es que estén claramente a la vista siempre que se garantice nuestra propia seguridad y la de la circulación», explicaron ayer los agentes que colocaron el primer radar móvil situado a las 10:54 horas en la explanada de una báscula situada en el kilómetro 175, cómo no, de la N-601, en las inmediaciones de Boecillo. Allí, en un tramo lleno de salidas e incorporaciones y limitado a 80 kilómetros por hora, se colocó el primer radar a la vista junto a la calzada en sentido a la capital.

Y en ese punto, visible a kilómetros, se situó el Renault Laguna que lleva instalado uno de los dos modelos de velocímetro con los que cuenta la Guardia Civil de Tráfico, un Autovelox, un radar portátil cuyo sensor se coloca en la ventanilla posterior y que lleva la cámara acoplada al parabrisas. El otro modelo, el Multanova, lo lucen los otros dos vehículos camuflados destinados al control de la velocidad en la provincia y destacan por incorporar el tradicional sensor en el morro.

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Con unos y otros, además de los radares fijos y el helicóptero Pegasus, cazan cada día a una media de 95 infractores en la provincia. «Los conductores siguen corriendo más de lo debido, aunque es cierto que los excesos de velocidad son menores que antes», aclaran los agentes.

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