En libertad con cargos otra vez el presunto cabecilla de la banda del polígono de Valladolid

La desarticulación de la banda del polígono, aquel grupo de delincuentes autóctonos que hace un año llegó a sumar un botín valorado en un millón de euros, solo supuso un paréntesis para su presunto cabecilla, José Luis R. D., Pipi, un joven de 34 años que entonces alcanzó los 42 antecedentes. El sospechoso habitual volvió a visitar los calabozos de la Guardia Civil hace unos días después de ser sorprendido, en compañía de dos compinches, cuando se disponían a desvalijar la carga de un camión que estaba estacionado en un área de descanso de la A-6 en San Vicente del Palacio. Pipi, eso sí, se encuentra ya en libertad con cargos y los investigadores creen que su banda ha podido ya cometer otro asalto idéntico en Zamora.

Los agentes imputan, por ahora, a la renacida banda del polígono dos asaltos más a camioneros registrados en la madrugada del 1 de marzo en sendas estaciones de servicio de Nava del Rey y de Sieteiglesias de Trabancos. En la última fueron descubiertos por el camionero y la víctima acabó recibiendo una paliza, además de ver cómo volaban tres palés enteros y una veintena de cajas de botellas de whisky escocés de la caja de su vehículo pesado. Los autores, un grupo de media docena de personas, llevaban su propia camioneta para cargar la mercancía.

Así que los guardias, ante la acumulación de denuncias de robos por parte de los camioneros tanto en la provincia como en otras limítrofes Segovia y Ávila, habilitaron un dispositivo de vigilancia que el miércoles de la semana pasada dio sus frutos en el área de servicio Valcarce, situada en el kilómetro 147 de la A-6, donde descansaban esa madrugada ochenta potenciales víctimas.

Atrincherados en el vehículo

Allí fueron sorprendidos el propio Pipi y dos compinches, Francisco V. S., de 35 años, y Agustín R. S., de 41, con su camioneta estacionada en paralelo a un vehículo pesado al que ya habían rajado la lona del remolque. Los tres, al ver la llegada de las patrullas, optaron por atrincherarse en el interior de su vehículo y obligaron así a los agentes a abrir la puerta y a reducirles a la fuerza al oponer «una gran resistencia».

La particularidad de esta renovada banda del polígono pasa que sus presuntos integrantes o, al menos, los tres detenidos, tienen esta vez fijado su domicilio habitual y su base de operaciones en Madrid. De allí son los dos compinches de José Luis R. D. y allí reside ahora este joven natural del barrio de LasFlores. Pipi es hermano de otros dos históricos delincuentes, Fofó y Pirri, fundadores en su día de la temida banda del mazo reconvertida después a la del polígono, que en 2006 desvalijó 28 gasolineras y bares de la provincia empleando una «violencia extrema» contra los empleados.

José Luis, el mediano de los hermanos, parece actuar por libre desde hace algunos años y ya en 2012 lideró una segunda versión de la banda del mazo sus hermanos cumplían por entonces distintas condenas, que también fue desarticulada y acusada de desvalijar 21 bares y colegios. Después llegaría una tercera banda, liderada por un primo, Pirrín, y ya el año pasado, y con José Luis otra vez al frente, cayó la banda del polígono (la cuarta versión de la del mazo). La peculiaridad de cada reconstrucción del grupo original pasaba hasta ahora porque todos sus miembros eran siempre de Las Flores.

La versión 5.0 del mazo

Pero esta vez, incluido el propio Pipi, los tres detenidos por ahora viven y operan en Madrid. Los agentes investigan ahora si son los responsables de un sinfín de asaltos similares a camioneros registrados en las últimas semanas en Segovia y en Ávila, al igual que el ocurrido en Zamora después del arresto de los sospechosos.

La forma de actuar de este grupo, la versión 5.0 de la histórica banda del mazo, pasaba por desplazarse en grupos de cinco o seis personas a bordo de un coche y de una camioneta. Los ocupantes del turismo fijaban el objetivo, léase el camión de turno, y una vez abierto el remolque o rajada la lona, estacionaban su propia camioneta al lado y cargaban el botín. «Seleccionaban la mercancía antes de actuar y después la trasladaban, creemos que aMadrid, para darle desde allí una rápida salida en el mercado negro», según confirmaron ayer fuentes de la investigación.

Camisas y botellas de whisky

En el caso de Nava del Rey, los autores se llevaron dos cajones con camisas de la marca Pierre Cardin del remolque de un camionero estacionado en un área de descanso de la A-62. Eran las 4.00 horas del 1 de marzo. Apenas quince minutos después se repetía la escena en el aparcamiento de la gasolinera La Loba, a pocos kilómetros de distancia, esta vez en Sieteiglesias. Allí el camionero sí se enteró, salió de la cabina y no solo se llevó una paliza sino que le golpearon en la cabeza con una de las cajas de whisky que llevaba. Eso además de amenazarle con una navaja. Y aún así huyeron con la mercancía.

El miércoles de la semana fueron capturados los tres supuestos integrantes del grupo que iban a bordo de la camioneta. Sus compinches del coche lanzadera lograron huir. Al día siguiente, eso sí, el juez dejó en libertad con cargos tanto a José Luis como a Francisco y a Agustín.