El centro de Valladolid reivindica el comercio más allá de las tiendas de franquicia
Las propiestarios de las tiendas de la calle Santa María se alían para defender un modelo apoyado en marcas locales
Víctor Vela
Miércoles, 24 de diciembre 2014, 12:49
A veces ocurre. El callejero tiene sus caprichos y hay vías que, por muy céntricas que sean, el paseante no sabe situar con total precisión en el mapa. «Nosotros lo escuchamos a menudo. ¿La calle Santa María? ¿Y dónde está eso?, nos preguntan cuando les decimos nuestra dirección», explica Elena Barrientos, de ébadi («así, con tilde y minúscula»), una de las firmas veteranas de la calle. El comercio y la hostelería de Santa María (y de vías adyacentes como Alcalleres o Menéndez Pelayo)quieren dar solución, inscribir su zona en el GPS cotidiano y que el nombre de Santa María sea referente en la brújula del comprador. Por esta razón, 32 empresarios y autónomos, 32 negocios del entorno han sellado una alianza para «poner en valor» una zona inmersa en el corazón de la ciudad y que presenta una oferta «de marcas propias, de gran variedad de actividades y que va más allá de la franquicia». Reivindican un centro habitado por el comercio de proximidad, atendido «con la calidad de los emprendedores locales» y que ofrezca alternativas que escapan del mimetismo al que parecen condenados muchos cascos históricos. «Es un poco triste pasear por ciertas calles, con comercios repetidos en todas ellas, y que no sepas diferenciar si estás en Madrid, Valladolid o La Coruña porque las tiendas son las mismas», apuntan. Yla solución para presentarse como alternativa pasa, están convencidos, por el trabajo en común. La unión hace la fuerza.
La antigua barriada de los moriscos
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Juan Agapito y Revilla, en su libro Las calles de Valladolid, recuerda que durante años se conoció a esta vía como la del pozo «por existir en ella uno de carácter público que abastecía al vecindario». También se la llamaba la calle del Lobo. Y el 29 de abril de 1843 recibió el bautizo oficial como Santa María, aunque con este nombre se conocía a toda la barriada desde mucho antes, incluso el siglo XV. Esta era la zona en la que «estaban reunidas las viviendas de los moriscos» y , cuando se cristianizó, se le otorgó este nombre tanto a esta vía como a las adyacentes para acentuar que los moriscos que allí vivían habían sido bautizados. Agapito y Revilla recuerda que el callejero asume así una práctica que ocurrió «muchísimas veces, que al convertirse judíos o moros llevaron luego el apellido de Santa María». La aljama de los moros llegaría a esta zona en 1414, con la ocupación de unas huertas que la iglesia mayor o colegiata disponía desde 1341, año en la que las donó Theresa Sánchez.
Cuentan que el germen de esta coalición nació en la tienda de decoración de Isabel Azcona. Antes tuvo negocio en Muro, también en Galatea, y hace un par de años recaló en Santa María. Se ha encargado esta Navidad de coordinar a los negocios para la instalación de los arcos navideños. Y comprobó la necesidad de dar un paso más. «Trabajar juntos es una buena opción no solo para conocernos, sino también para dinamizar la zona», explica Azcona. La propuesta corrió como la pólvora. Ya han creado una página de facebook (zonasantamaria), han acordado decoración especial para Navidad, participarán en campañas de forma conjunta y han diseñado una tarjeta negra de fidelización que ofrecerá ventajas, descuentos y atención especial. «La intención es fidelizar al cliente tradicional, fomentar el comercio de la zona y que podamos compartir compradores. Que quien acude a una tienda encuentre ventajas en otras», indica Antonio, de la joyería Zúñiga, un negocio con medio siglo de historia y en la calle desde hace 17 años. Es uno de los animadores de este proyecto que ya se ha puesto en contacto con la concejalía de Comercio y, de la mano de las asociaciones del sector (Avadeco y Fecosva),incentivar el paso por esta calle. «Estamos en un lugar inmejorable, entre la plaza de España y la calle Santiago. Cada vez pasa más gente, pero todavía estamos un poco escondidos», apunta Zúñiga. Dicen que una de las claves puede ser que en la esquina que comparten con Santiago no hay comercio, sino dos oficinas bancarias (BBVAy Popular), lo que quizá no anima a ingresar en esta vía, sino acceder por las paralelas (Montero Calvo y Claudio Moyano). Entre las ideas que se han transmitido al Ayuntamiento está la colocación de jardineras o mobiliario urbano que invite a pasear por la zona. «Yeso que cada vez vemos más gente», apunta Victoria Sarmiento, de Calzados Olaya. Abrió su negocio hace 20 años, «cuando la calle todavía era peatonal y estaba lleno de oficinas, de empresas de máquinas registradoras... No era comercial, como Santiago. Pero poco a poco hemos ido abriendo negocios con marca de Valladolid», apunta. Lo dice una de las veteranas. Ylo corrobora una recién llegada. Charo Garrido trabajó durante años en una de esas oficinas que antes había en la calle y hace quince días abrió Mi casa. «Buscaba un sitio céntrico y aquí hay muchas posibilidades». El optimismo se ha expandido como un virus entre las tiendas del entorno. María Güiles levantó la persiana de su comercio hace 16 años y apuesta por unas «tiendas de calidad media alta, multimarca» y con productos que escapan de la estandarización que propugnan las grandes franquicias. «Lo bueno de la calle es que ofrecemos una gran variedad de servicios», añade María Luisa Sicilia, peluquera con más de 40 años en la profesión y dos decenios en Santa María.
El pasado domingo abrieron y en su lista de acciones para los próximos meses está la organización de actos culturales (concursos de fotografías o escaparates)o eventos vinculados a la historia de la calle, que incluye negocios como Pascual, la farmacia Javier Pastor, Hippyssidy, Katy Kids, Lentes avanzadas, Passarelle, Solera, Ukelele, El Burrito Pepe, Moi Lolita, Tomé Peleteros,Diagonal Interiorismo o Flecoster. Este último (también conocido como La astorgana)es uno de los clásicos del comercio vallisoletano, con más de cien años a sus espaldas. Lo abrió el bisabuelo de Curro Pérez a finales del siglo XIX, «aunque la primera referencia contable que tenemos es de 1915». Después de tener local en la calle del Val y Cánovas del Castillo, desembocó hace 40 años en Santa María, una zona que se reivindica como modelo de centro comercial más allá de la franquicia.
Ruta hostelera
junto al comercio... la hostelería, representada por la pizzería La Piemontesa, el hotel Mozart o los bares Dondesasa, Cul de Sac, Las Meigas y El Bar. Roberto Fuertes regenta este último y apunta el proyecto de afterwork con ofertas para última hora de la tarde y la idea de crear «una especie de menú conjunto para consumir en barra. Por ejemplo, tomar un primero en un bar, el segundo en otro y el postre en un tercero, con una misma tarjeta».
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