a. ojosnegros
Domingo, 30 de noviembre 2014, 16:24
En una zona entre Pesquera de Duero y Peñafiel; más cerca del segundo municipio que del primero. Esta es la máxima información que cualquiera podrá obtener de Tina Fernández Martín, peñafielense experta buscadora de setas que este fin de semana, junto a su marido, ha conseguido una pieza de níscalo que en la báscula alcanza el medio quilo y, tras ser debidamente aplicada la cinta métrica, ronda los 25 centímetros en su parte más ancha. Con este ejemplar posaba este domingo Tina en el alojamiento rural del que es propietaria en Peñafiel, La Casa del Coso; un inmueble tan bello de puertas para adentro como de ventanas para afuera, pues se ubica en el lugar más emblemático de la villa del Duratón, en la plaza del Coso, un marco arquitectónico único que es una auténtica postal a la que añade aún más encanto una de las mejores vistas del castillo.
Publicidad
Y es que como gran aficionada a la recolección de setas, se aplica una de las reglas de oro de esta actividad practicada en gran parte por ocio, como es su caso: no desvelar jamás los lugares donde se prodigan estos regalos de la naturaleza. Otras normas que aplica a rajatabla Tina a la hora de llevar a la práctica esta actividad recolectora, es la de respetar el territorio, así que cuando llegamos a un lugar donde ya hay alguien buscando setas nos vamos a otro sitio, afirma. De igual forma son extremamente prudentes y aunque están muy puestos en la materia, cuando encuentran un hongo que desconocen, no lo recogen y si lo hacen, antes consultan libros especializados en la materia que poseen o se asesoran en una asociación micológica existente en Valladolid. Nunca comemos lo que no conocemos, sentencia y recomienda la peñafielense.
Esta sensata forma de actuar, es uno de los consejos que trasladan a aquellos que comparten pasión. Es primordial, no puedes consumir lo primero que cojas; ante la menor duda hay que consultar. Nosotros es algo que siempre hemos hecho y seguiremos haciendo.
Más que un consejo, es una petición. Como buenos amantes de la naturaleza pide a todos aquellos que salen al campo en busca de setas, porque nos hemos encontrado algunas destrozadas, arrancadas y tiradas, o pisadas, que si no conocen un hongo en concreto no lo toquen, lo respeten y los dejen tal cual por si otra persona que sí conozca el tipo de seta de la que se trate pueda llevársela o no, dependiendo si es comestible.
De buena época y de mucho más larga de lo que es habitual califica Fernández Martín la que se está produciendo en estos dos últimos meses para recoger los tipos de hongos que se dan en la comarca gracias a las lluvias y la buena temperatura que estamos teniendo, y todavía se puede disfrutar un montón. Tantas setas como buscadores de ellas, ya que hay que madrugar mucho porque somos mucha gente la que nos gusta esta afición. Esa es una estampa que se ve a diario en la zona, muchos coches aparcados en los caminos, a la entrada de los pinares, y a sus propietarios batiendo la zona para conseguir el preciado botín. "Todavía hay muchísimas setas", destaca.
Publicidad
Muchos años saliendo al campo, viendo muchos níscalos de tamaños apreciables pero de las dimensiones de este último no hemos visto nunca ninguno; es el más grande que hemos cogido hasta el momento.
Pero la recolección solo es una parte del proceso de disfrute. Tras pasar unas agradables horas sumergidos en plena naturaleza toca internarse entre fogones y preparar, por ejemplo, unas deliciosas patatas con níscalos que, encontrándonos donde nos encontramos, maridarán con un buen Ribera del Duero de Pesquera o Peñafiel. Aquí el placer se eleva a la enésima potencia pues, como reconoce Tina, lo que más le gusta a ella y a su esposo es compartir mantel con amigos. Esto es algo que no solo hacen ahora, en plena época micológica, sino que embotan y congelan para conservar lo recolectado y así disfrutar de ello durante mucho más tiempo. De hecho, reconoce que es aún más placentero degustar un menú compuesto de níscalos o setas fuera de temporada, llegando a aprender recetas nuevas que les transmite sus amistades.
Tina y su marido, Abel, seguirán aprovechando este otoño tan benigno para los hongos, así que saldrán de nuevo a por setas pertrechados con las mejores herramientas y prácticas para ello: La cesta, una pequeña navaja y prudencia. Y, por supuesto, respeto al campo.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.