el norte
Sábado, 15 de noviembre 2014, 11:55
Cuando escuchamos hablar de los efectos de la reducción de la capa de ozono en el planeta, tendemos a pensar que no los notaremos hasta dentro de un siglo, lo que permite despreocuparse por un asunto que quizá afecte a las siguientes generaciones. Cuando los dermatólogos defienden protegerse del sol (e incluso no tomarlo) hacemos poco caso porque ese tipo de consejos se dan sobre todo en verano, y ¿para qué está el calor, si no es para no disfrutar de la playa?
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Para abordar este y otros asuntos similares, la Universidad de Sevilla y el Instituto de Salud Carlos III, a través del IOBA, han impartido un curso teórico-práctico de introducción a la anatomía patológica en el que han participado oftalmólogos de casi todos los hospitales públicos de Andalucía. El objetivo del mismo ha sido destacar la importancia de utilizar los conocimientos de los patólogos especializados en enfermedades visuales, y familiarizar a los profesionales con la toma de las muestras oculares que se envían para su análisis a los laboratorios. El curso, que finalizó ayer, viernes, ha contado con la colaboración de la farmacéutica Novartis, una multinacional con presencia en 155 países.
Enfermedad mutilante
Según se reveló en el mismo, la reducción de la capa de ozono que denuncian desde hace años los grupos ecologistas ya es responsable del incremento de las cánceres de piel, y los oftalmólogos se enfrentan cada día a nuevos casos de tumores en los párpados. José Carlos Pastor, director del IOBA, recuerda que este tipo de cáncer «no suele ser mortal, pero mutila gravemente a quienes lo padecen».
Para atajar en lo posible las consecuencias de esta y otras enfermedades provocadas por los rayos ultravioleta, todos los ponentes destacaron la conveniencia de utilizar los conocimientos de los patólogos. Los alumnos presentes tuvieron ocasión de conocer las últimas teorías y de analizar al microscopio una treintena larga de muestras de tejidos afectados por distintas dolencias. Así, el profesor Juan Cuevas, patólogo de la Universidad de Santiago, habló de la importancia de meterse «dentro del tejido» aparentemente afectado porque «lo que al médico a veces le parece un simple grano, una simple mancha», puede esconder enfermedades mucho más graves, «cuyo diagnóstico certero suele ser vital».
Mientras el patólogo recomendaba a los asistentes «no tirar a la basura ninguna muestra humana sin haberla analizado», el oftalmólogo vallisoletano transmitía la idea básica del curso: «Cuando veo un grano en un ojo, quiero ver lo que hay dentro de él, lo que me ayudará a comprender las enfermedades».
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Para ambos especialistas «es importante que el médico que toma la muestra sepa cómo hacerlo para no dejar fuera información que en el microscopio puede ser de gran utilidad para curarla».
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