Una talla de Santa Teresa, pieza del mes del Museo de las Ferias de Medina
Se trata de una obra de Gregorio Fernández, realizada en 1625, que se conserva en el Museo Nacional de Escultura
el norte
Martes, 21 de octubre 2014, 10:12
Cuando una gran exposición ocupa los espacios del Museo de las Ferias, la actividad conocida como la pieza del mes se convierte en una buena ocasión para destacar algunas de las obras más importantes de la muestra. En este caso, y con motivo de la instalación en el Museo de la exposición Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz: El encuentro, se ha decidido resaltar la escultura de Santa Teresa de Jesús realizada por Gregorio Fernández.
Aunque hace ya tiempo que la imagen de Santa Teresa se había divulgado a través del grabado y la pintura, «incluso más allá del estricto ámbito de la orden carmelita», según explica José Ignacio Hernández, conservador del Museo Nacional de Escultura, en la web del Museo de las Ferias, «el proceso de beatificación iba a requerir su representación en el campo de la escultura como medio principal y más tangible para el desarrollo de su culto». Asegura que fueron varios los escultores que recibieron encargos en las diferentes poblaciones donde se ubicaban los conventos, siguiendo siempre un esquema iconográfico previamente consolidado en el que se representaba a Santa Teresa en su faceta de escritora, con la pluma en la mano derecha y el libro en la izquierda, y la mirada elevada hacia lo alto para indicar la inspiración divina.
«Sin olvidar otras tallas verdaderamente notables, como la realizada por Esteban de Rueda para las Carmelitas Descalzas de Toro, se considera a Gregorio Fernández como el principal creador del modelo en la escultura castellana a través de una serie piezas de tamaño natural en las que, dentro del esquema iconográfico citado, se manifiestan diferencias estilísticas y también de calidad, que en algunos casos evidencian la intervención del taller». Desde hace tiempo, añade, se han resaltado las esculturas realizadas respectivamente para los conventos de descalzos y calzados de Valladolid como las dos versiones de mayor calidad. En la Santa Teresa del Carmen Descalzo, actualmente Santuario de Nuestra Señora del Carmen Extramuros, realizada según Urrea hacia 1615, todavía se aprecian rasgos de la primera etapa del escultor, que se evidencian en el predominio de la elegancia de la figura y la riqueza de su policromía, con motivos esgrafiados en todas las prendas del hábito.
Giro hacia el realismo
Por el contrario, en la escultura elegida en esta ocasión, realizada para el convento del Carmen Calzado y conservada en el Museo Nacional de Escultura, «se produce un marcado giro hacia el realismo, que se corresponde en el estilo de Fernández con una fecha cercana al año 1625, momento en el que se conoce con certeza su existencia».
Su rostro se aproxima mucho más al conocido retrato realizado en vida de la Santa por fray Juan de la Miseria, y un elemento como el libro adquiere mucha más verosimilitud, al lograr reproducir el cuero de la encuadernación o la flexibilidad de las gruesas hojas de papel, doblado en una de las puntas.
«En el texto, solo es legible en el encabezamiento el nombre de su confesor, Pedro de Alcántara, aunque parece añadido posteriormente. En la policromía predominan los tonos planos, solamente animados por cenefas con labores en oro que adquieren un particular protagonismo al cruzar el manto y dejarlo sujeto bajo el libro, como si estuviera prendido por un alfiler. Ese dominio del plegado se aprecia también en la caída del velo», concluye.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.