El encuentro invernal de encajeras reúne a 675 participantes de toda España

Por tercer año consecutivo, la Asociación Vecinal Unión Esgueva (Barrio España) organizó ayer su encuentro invernal de encajeras al que asistieron 675 mujeres desde diversos puntos de la geografía española como Bilbao, Madrid o Santander, entre otros.

Durante toda la mañana del sábado las participantes se concentraron en el polideportivo de La Rondilla, donde pudieron compartir su afición por los bolillos con el resto de mujeres y comprar materiales que no se encuentra habitualmente en las tiendas ya que el encuentro contó además con diversas empresas de toda España especializadas en en el sector. A ellas acudieron a comprar, no solo las participantes, sino multitud de personas que se acercaron hasta allí exclusivamente para poder adquirir los materiales para realizar una actividad que, a juicio de quienes la practican, «relaja mucho y evade de cualquier problema», aseguraban muchas de las encajeras participantes.

«Hacer bolillos te hace perder la noción del tiempo», aseguraba Piedad Pindado que había venido desde Ávila «a ver las novedades que hay en materiales». Sin embargo, este no es, ni mucho menos, el único encuentro al que ha asistido Piedad ya que suele «asistir a uno cada mes, siempre que la economía lo permite», explica. En esta ocasión, el gasto que ha tenido que afrontar ha sido el coste del viaje de ida y vuelta entre Ávila y Valladolid ya que la inscripción al encuentro era totalemente gratuita. Con el objetivo de autofinanciarlo, la Asociación Vecinal Unión Esgueva vendió papeletas al precio de un euro entre las participantes y los asistentes que entraron en el sorteo de varios regalos que las empresas participantes aportaron para la ocasión.

Una de las características que más llaman la atención de esta actividad es que en muchos casos se transmite de generación en generación. Un claro ejemplo es el de María Ángeles Rodríguez, Rosa María Rojo e Isabel Martín, abuela, madre e hija respectivamente que acudieron desde Palencia y que se recorren todos los encuentros de España compartiendo esta afición que las une aún más. Isabel, de tan solo 9 años, hace bolillos desde los 4 y asegura que la «encanta» y la «relaja enormemente». Todas ellas coinciden en apuntar que es «una actividad que engancha». «Una vez que empiezas no puedes parar», aseguraba Rosa María Rojo.