Julián Pascual, en la Comisaría de Delicias.

«En Valladolid no tenemos grandes amenazas de los grupos radicales»

Julián Pascual, comisario jefe de la Brigada de Información de la Policía Nacional

J. Sanz

Domingo, 12 de octubre 2014, 13:00

El comisario Julián Pascual (Santa Cruz de Yanguas, Soria, 1951) fue condecorado el jueves, 2 de octubre, con la cruz al mérito policial con distintivo rojo por su labor en el Cuerpo Nacional de Policía, en el que actualmente dirige la Brigada de Información después de pasar, y de encabezar, todo tipo de grupos tan sensibles como los de Homicidios, Estupefacientes o Robos.

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Esta medalla reconoce su trabajo después de...

Pues llevo la friolera de 43 años.

Y no está jubilado. ¿A qué edad ingresó usted en la Policía Nacional?

Pues ingresé con 19 años, que en aquella época se podía, y pasé por Barcelona, que dicen que es la escuela de la Policía Judicial, y allí efectivamente estuve en la Brigada Judicial, luego pasé por Santander y posteriormente llevo en Valladolid desde 1980.

¿Siempre en la Brigada Judicial (responsable de robos, crímenes, estupefacientes...)?

He estado casi siempre destinado en Policía Judicial, donde comencé en el Grupo de Estupefacientes, luego estuve de jefe allí, de ahí pasé a dirigir el Grupo de Homicidios durante cinco o seis años, luego fue responsable de sección de los grupos de Delitos Violentos, después fui jefe de la Comisaría de Delicias y ahora, desde que accedí al comisariado, ejerzo como jefe de la Brigada de Información de Valladolid.

¿Piensa ya en la jubilación?

Tengo 63 y me quedan dos años para jubilarme después de una vida ligada a la Policía Judicial, pero aún tengo ganas de seguir trabajando.

Ha tocado usted muchos palos. ¿Cómo ha cambiado la delincuencia en la ciudad desde los ochenta?

El panorama delictivo ha cambiado mucho en Valladolid, muchísimo. En los años ochenta, al delincuente prácticamente le conocíamos todos. Sabíamos, en el argot policial, a que palo tocaba cada uno y ellos, por supuesto, nos conocían a nosotros. Entonces la delincuencia itinerante de fuera era muy escasa.

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Eso a cambiado mucho, ¿verdad?

Hoy en día, la delincuencia itinerante está globalizada y estos grupos se desplazan por todo el país desde las grandes ciudades limítrofes a Madrid, así como del propio Madrid e, incluso, vienen del extranjero.

Lo que dificulta su trabajo...

Es cierto que nos crea grandes dificultades y menos mal que contamos con los avances tecnológicos y científicos, y así vamos pudiendo con ella.

¿Cómo operan estas bandas?

Cometen sus delitos, los efectos los hacen desaparecer inmediatamente e, incluso, se vuelven una temporada a sus países, lo que dificulta muchísimo la investigación.

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Quizás estas bandas y los robos cotidianos que más preocupa a los ciudadanos por encima de los grandes crímenes, ¿y a ustedes?

Los homicidios son puntuales, más o menos, pero aquí en Valladolid no es una delincuencia que esté organizada, salvo que esté relacionada con el tráfico de drogas, aunque eso se produce más en las grandes capitales, con los grupos sudamericanos o los turcos y los nacionales. Pero lo que preocupa realmente en Valladolid es la delincuencia que, al final, le afecta al ciudadano todos los días, como son los hurtos y los robos en domicilios hoy por hoy.

Y los ladrones cada vez mejoran más sus sistemas, como el actual método de no forzar cerraduras...

Sí, van cambiando los métodos, pero como ha dicho el subdelegado del Gobierno, esperemos que pronto haya buenos resultados.

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¿Cuál es la labor de la Brigada de Información?

Está dedicada al terrorismo y a la delincuencia de extrema derecha y de extrema izquierda, sobre todo, en temas de grupos juveniles, aunque también a grupos yihaidistas.

¿Hay que preocuparse en Valladolid por estos extremismos?

En principio no tenemos que preocuparnos, aunque es cierto que siempre puede salir un lobo solitario en Valladolid o en cualquier sito. Pero, en principio, la gente puede estar tranquila, ya que no tenemos grandes amenazas en la ciudad de grupos radicales.

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¿Qué es lo peor que recuerda de su trabajo en la ciudad?

Recuerdo muchos casos de homicidios. He visto matar a muchas mujeres. El maltrato y el asesinato de la pareja es algo realmente execrable.

¿Algún caso en particular?

Me han impactado varios, sobre todo, el caso de un niño que hubo que hacerle la autopsia y que al final resultó que era una muerte súbita, pero en principio pensamos que había habido malos tratos de la familia y resultó que era todo lo contrario. Ver la autopsia de un niño de once meses es muy fuerte. También investigué el caso de una persona que mató a su novia y que estaba a punto de descuartizarla, tenía las bolsas ya preparadas para llevársela en trozos.

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¿Y eso fue?

En La Rondilla hace muchos años. Impacta mucho.

¿De qué se siente más orgulloso?

Bueno, he tenido asuntos en Estupefacientes, como coger 40 kilos de heroína, que no se ven todos los días y que posiblemente sea el mayor alijo que hemos cogido en Valladolid.

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