Una artesana y un mecánico, en la aventura de la bisutería y los tocados

María Jesús Hernández (53), ha dedicado toda su vida profesional como artesana a impartir talleres de calados, bordados y patchwork en pueblos de Valladolid y Palencia. Su esposo, Idelfonso Pérez (54), solía acompañarle a la multitud de ferias de artesanía y mercados medievales en las que ella comercializa sus vistosos trabajos y labores hechas a mano.

Idelfonso es maestro industrial, y durante tres décadas estuvo trabajando como mecánico de mantenimiento en una empresa que finalmente quebró hace tres años y medio. Eso les hizo plantearse su futuro y lanzarse a montar una empresa común de complementos y bisutería artesanal. «Inicialmente pensamos montar la tienda en nuestro pueblo, Villalón de Campos, pero la crisis y la despoblación nos hizo ver que la mejor opción era venirnos a vivir a Valladolid y comenzar aquí nuestra aventura. Abrimos una tienda especializada en tocados, bisutería y complementos personalizados, para llevarla entre los dos, aunque la única experiencia de mi marido en este sector, era la de haberme visto a mí vender en ferias», explica la artesana.

Finalmente, abrieron su tienda María Jesús Artesanía, el pasado mes de diciembre, en la calle Recondo. En ella venden al público todo tipo de tocados, bisutería y otros complementos personalizados que ellos mismos diseñan y elaboran, aunque también disponen de un gran catálogo de productos ya manufacturados. Un amplio escaparate preside el local, en el que todo está dispuesto con gran armonía y buen gusto. «Lo que mejor nos define son nuestros precios muy competitivos y la atención al cliente, ya que tratamos de asesorar con amabilidad y mucha cercanía. Los artículos más demandados son los que nosotros confeccionamos, porque la gente busca algo diferente y personalizado», aclara Idelfonso.

Trabajan con todo tipo de materiales como tules, rasos, fieltro y plumas de vistosos colores para hacer tocados en forma de casquete, diadema o con pinzas, al gusto del cliente. También hacen diademas, broches, bolsos con un inconfundible sello de originalidad que se traslada a todos los productos que elaboran.

El hecho de trabajar juntos, lejos de provocar discrepancias, los ha unido más como pareja, «lo mejor de todo es que ahora pasamos mucho más tiempo juntos y entendemos mejor los problemas del otro, por la sencilla razón de que son los mismos. Hablamos más que antes, aunque a veces eso suponga tener opiniones encontradas, pero siempre llegamos a un acuerdo», anotan. El día a día lo tienen muy bien organizado. La mayor parte de los artículos los elabora ella, y él es el que más se encarga de la atención al público, aunque, según indica María Jesús, «al final acabamos haciendo los dos de todo. Ahora Idelfonso también crea gran parte de los artículos de bisutería, aunque de los tocados, principalmente me encargo yo».

Ambos consideran que la formación en su sector es fundamental. «Durante toda mi vida he hecho multitud de cursos orientados a mi profesión. Cuando mi marido se quedó en el paro, hicimos juntos varios talleres y cursos de joyería en el Centro de Artesanía. El último que yo he hecho, ha sido uno de tocados de alta costura, este verano en Sevilla», anota la artesana de Villalón.

Dándose a conocer

María Jesús es muy conocida entre los habituales a las ferias y mercados. Su puesto es uno de los más visitados en el mercado castellano de Valladolid, en el comunero de Torrelobatón, el artesanal de Tordehumos o en las ferias de Artesanía de navidad y semana Santa de la capital. «Cuando abrimos la tienda, contratamos publicidad en prensa y radio. Además, actualmente, un autobús de la línea 9 lleva nuestra publicidad. De todos modos, lo que mejor nos funciona es hablando directamente con los clientes en las ferias. El boca a boca nos funciona muy bien y les informamos en persona de que ya tenemos tienda en Valladolid», indican. Además, disponen de una página web (www. mariajesushernandezartesania.com), desde la que también se pueden hacer pedidos de su catálogo online.

Están muy satisfechos con la acogida. Aseguran que «cada vez acude más gente desde otros barrios, bien porque han visto el escaparate desde el coche o el autobús, o porque se lo ha comentado una amiga. Nuestros principales clientes son mujeres de mediana edad, aunque cada vez viene más gente joven, aunque es cierto que la juventud se decanta más por comprar en las grandes superficies», explican.