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Jorge Sanz
Viernes, 23 de mayo 2014, 13:03
Los indicios que los agentes consigan recopilar contra los seis monchines y tres supuestos compinches detenidos el miércoles en la operación Cholo volverán a ser fundamentales para demostrar que el actual cabecilla del clan lideraba ahora una red de venta al menudeos, sobre todo, de heroína en los barrios de Pajarillos y La Rondilla.
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Los investigadores trabajan ahora contra el reloj de las 72 horas, el límite legal para que los sospechosos pasen a disposición judicial el plazo expira mañana, con el fin de recopilar el máximo posible de pruebas indirectas (testimonios de toxicómanos, papelinas intervenidas...) contra ellos antes de que presten declaración ante el juzgado de guardia. Eso debido a la escasa cantidad de sustancias estupefacientes heroína y plantas de marihuana y, por lo tanto, de pruebas directas intervenidas durante los cuatro registros domiciliarios en sendos barrios.
Así que los indicios, como ya ocurrió en las dos grandes procesos judiciales contra los Romero Larralde las condenas por blanqueo de dinero (2005) y narcotráfico (2007), se antojan de nuevo cruciales para sustentar la acusación contra ellos.
Los seis familiares del cabecilla, Salvador Romero Larralde, 'Negro', cumplieron ayer con el guión establecido en sus anteriores detenciones al negarse a declarar uno tras otro durante los interrogatorios desarrollados en las dependencias de la Comisaría de la calle Gerona (Delicias) de la Policía Nacional. Todos ellos se acogieron a su derecho a no hacerlo y anticiparon que solo responderán ante el juzgado de turno. Su puesta a disposición judicial podría aplazarse, incluso, hasta mañana en tanto los agentes encargados del caso cierran un atestado que recogerá semanas de investigaciones sobre la familia de Salvador, 'Negro'.
En la operación fueron detenidos en Pajarillos el líder; su mujer, Ana María, y tres de sus hijos Salvador, Aroa e Isabel, además de un allegado, José Enrique R. R., que no es hijo de un hermano del cabecilla como se consideró inicialmente por la coincidencia de su nombre y apellidos (estos coinciden pero cambiados de orden). Los tres compinches arrestados cayeron en La Rondilla.
Por su parte, el alcalde, Francisco Javier León de la Riva, recordó ayer que «la cantidad de droga que se mueve ahora en la ciudad nada tiene que ver con la de la época del poblado de La Esperanza» y quiso trasladar un mensaje de tranquilidad a los vecinos de Pajarillos, que un día antes reclamaron más seguridad, al incidir en que «la presencia policial en las zonas en la que aún se trapichea es constante».
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