150 personas, según la Policía Nacional y 200, según los convocantes. Esos han sido los vecinos de una decena de pueblos de Castilla y León que se han concentrado este martes frente a la Feria de Valladolid para protestar contra las macroplantas de biogás. Fuera ... de la feria, en la avenida Ramón Padrera, el ruido era ensordecedor. Silbatos, cencerros y hasta sartenes sirvieron a los manifestantes para montar el mayor alboroto con un único fin: que sus protestas se escucharan dentro de la feria, donde este martes se inauguró la cuarta edición del Salón del Gas Renovable y el 17 Congreso Internacional de Bioenergía.
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Proclamas como «al turismo rural, la mierda le va fatal» o «Suárez-Quiñones, te vemos las intenciones» resonaron con fuerza mientras los asistentes a la feria disfrutaban de una cita que se cerrará este miércoles con la presencia de 250 empresas, 750 congresistas y más de 3.500 visitantes profesionales procedentes de 19 países de Europa, América y Asia.
La protesta fue convocada por asociaciones y plataformas que se oponen a la instalación de macrogranjas en Montemayor de Pililla, Santibáñez de Valcorba, Muñoveros, Fuentemolinos, Milagros, Santibáñez de Vidriales, Babilafuente, Villamayor, y Fuentelcésped. Las diez firmaron el manifiesto que se leyó como colofón a la concentración, en el que se recalcó que este tipo de proyectos sirven «para enriquecer aún más a unos pocos a costa de perjudicar a la mayoría».
Sobre esos perjuicios que ven los vecinos en las macrogranjas quiso hablar el portavoz de la Plataforma de Montemayor de Pililla, Santos Sanz. «Nos dicen que esto va a generar muchísimo trabajo y dinero, pero es una milonga. En el caso de nuestro pueblo, se quieren gestionar 150.000 toneladas de estiércol y purines al año y eso supone que para transportar todo esto van a pasar por nuestras carreteras 100 camiones diarios porque en nuestra zona no hay granjas que generen estos purines. Lo van a tener que traer de 150 kilómetros a la redonda por carreteras comarcales que van a sufrir un gran deterioro. A cambio nos van a dar mal olor y poco trabajo porque estas plantas están completamente automatizadas y es lo que están mostrando en la feria, que estas plantas se pueden sacar adelante con muy poco gasto en personal», aseguró el portavoz de la a plataforma contra la macroplanta de biogás en Montemayor, que presentó en agosto 3.800 firmas en contra del proyecto.
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Por su parte, el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, asumió ayer que «es comprensible que en determinadas zonas rurales» la instalación de plantas de biogás «pueda generar inquietud» y apeló a «explicar mejor estos proyectos».
El consejero afirmó que es preciso trasladar un mensaje de «tranquilidad», en relación a la movilización que se convocó ayer y apuntó que «las nuevas tecnologías están hechas para el bien y no para causar perjuicios, sino para sustituir combustibles fósiles y mejorar el estado de la naturaleza», señaló para insistir después en que los promotores y las entidades «deben explicar la tecnología y sus consecuencias».
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