12.000 vallisoletanos abonarán la cuota solidaria para sufragar las pensiones

La propuesta del Gobierno tiene el visto bueno de Bruselas –que ha condicionado la entrega de los fondos del plan de recuperación a su aprobación– y fue presentada el pasado viernes a los agentes sociales. La CEOE mostró su «oposición frontal» a que se eleve la carga recaudatoria de las cotizaciones, mientras que CC OO y UGT hicieron una «valoración general positiva» por que la segunda parte de la reforma del sistema de Seguridad Social, iniciada en 2021, se base en el refuerzo de los ingresos del sistema.

El modelo diseñado por el ministro José Luis Escrivá afecta a quienes cuentan con salarios superiores a 53.946 euros, que es a quienes se les aplica la base de cotización máxima al Régimen General, que está topada en 4.495,50 euros mensuales.Sobre esta cantidad, la empresa abona el 23,60% y el trabajador el 4,70% por contingencias comunes;y el 5,50% y el 1,55%, respectivamente, para el desempleo, así como otros porcentajes para el Fogasa y la formación.

Por ejemplo, a una persona que gane 54.500 euros se le aplicaría el llamado Mecanismo de Equidad Intergeneracional por esos 500 euros y no por todo su salario, de manera que cotizaría con 5 euros adicionales en 2025, que irían subiendo hasta ser 30 en el año 2045.

El 94,7% de los asalariados vallisoletanos tienen sueldos brutos anuales inferiores a 53.500 euros, según la estadística de la Agencia Tributaria correspondiente a las declaraciones de la Renta de 2021. Ese 5,3% restante sería al que se le va aplicar el MEI, con concreto a 12.148 personas con los datos de dicho ejercicio. De ellos, algo más de la mitad (el 53%) perciben entre 53.500 y 66.850 euros y el resto, más de esa cantidad.

La brecha de género que existe en materia salarial determina que la mayoría de quienes aportarán la 'cuota solidaria' son hombres. De esas 12.148 personas afectadas en Valladolid, son mujeres el 34,5%, es decir, 4.203 asalariadas. A medida que se va subiendo en los tramos de sueldos son más los varones:en el grupo de quienes cobran entre 53.481 y 60.166 euros son mujeres el 37%, mientras que en el de quienes cobran más de 100.000 euros (398 personas en la provincia), las mujeres suponen el 17%, es decir 68.

En cuanto a los sectores en los que habrá mayor número de trabajadores implicados en este aspecto de la reforma de las pensiones serán algunos de los que tienen que ver con la industria y los servicios profesionales y científicos. El salario medio anual declarado a Hacienda por los vallisoletanos en 2021 fue de 22.319 euros. Mientras, el sueldo medio de los asalariados del sector de la industria manufacturera se situó el 21% por encima de esa cifra; el de los empleados de la industria energética, el 33% por encima; el de los trabajadores del sector de la información y las comunicaciones, el 42%, y el de quienes se dedican a las actividades financieras y de seguros, el 79% por encima.

En los últimos años, la revalorización de las pensiones ha compartido realidad con la moderación salarial, lo que ha hecho que la cuantía de las prestaciones de jubilación haya ido acercándose a la de las retribuciones de los trabajadores. Los números son claros: esos 22.319 euros que la estadística de la Agencia Tributaria correspondiente a 2021 sitúa como salario medio en la provincia de Valladolid están por debajo de los 22.456 euros a los que ascendió la pensión media de jubilación de quienes dijeron adiós a su vida laboral en ese año y pasaron a cobrar su primera pensión de jubilación.

La reforma de las pensiones presentada por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social contempla también que durante las próximas dos décadas, se mantendrá un sistema de reconocimiento de pensión más favorable para los nuevos jubilados entre la fórmula ahora en vigor (últimos 25 años cotizados) o el nuevo sistema (elección de los mejores 27 años de entre los últimos 29 años cotizados).

Esta segunda opción irá desplegándose de forma progresiva durante 12 años a partir de 2026 y lo que busca es beneficiar a los trabajadores con carreras profesionales irregulares, algo cada vez más frecuente.