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Hay intervenciones de cirugía estética difíciles de explicar y más aún de entender, vistos los penosos e inquietantes resultados. Médicos especializados han advertido sobre la «peligrosidad y perversión estética» del último grito en retoques. En tiempos en los que las redes sociales imponen y ... derriban multitud de criterios estilísticos, esta controvertida moda se conoce como el último postureo de Instagram. Son los 'devil lips' (labios del diablo), aunque también se les llama 'octopus lips' (labios de pulpo). En cualquier caso, labios deformados. Vean, lean y opinen.
Esta corriente, promovida por una cirujana rusa, remite al sempiterno chiste de '¿qué fue antes, la gallina o el huevo?' ¿Dieron los famosos filtros de Instagram la idea a algunos médicos o fue a la inversa? Esta intervención busca cambiar el contorno de los labios dibujando arcos y formas de cuernos que recuerdan a un diablo. Es posible, cuentan los expertos, que la idea haya saltado de las clínicas a las redes. Pero hay algo indiscutible: ha tardado muy poco tiempo en hacerse viral. La forma, grosor, color y originalidad de estos labios, con ondas en los bordes que simulan el efecto 'olas del mar', triunfa desde hace meses en tierras de Putin.
Si toda corriente tiene una autoría, esta corresponde a la cosmetóloga Alexandra Gont, que asegura haber conseguido las originales formas mediante un «procedimiento seguro de relleno» con ácido hialurónico en determinadas partes del labio con pequeñas dosis localizadas en el borde para modificar su forma. En una entrevista al diario británico 'Daily Mail', Gont defendió la «seguridad» de esta práctica y negó «riesgos» para la salud de las pacientes. En el mismo rotativo distintos expertos insinuaban que el relleno inyectado de manera inapropiada podría afectar los vasos sanguíneos, «causando coágulos y provocando la necrosis del tejido».
Las garantías de seguridad, discuten voces contrarias, están por verse, pues la aplicación de este producto, frecuente en la medicina estética, debe realizarse «por profesionales acreditados» con el fin de dotar de naturalidad al rostro y labios, como es el caso. Y naturalidad, precisamente, no derrochan demasiado. Sí, en cambio, una excentricidad extrema. La cirujana plástico facial María Teresa Achiques lamenta que se «pervierta», a su juicio, el objetivo fundamental con el que los expertos «infiltran el ácido hialurónico. Esta naturalidad se logra mediante el equilibrio de los volúmenes administrados y la elección correcta de los puntos donde inyectar». Cuando se trata de los labios, se intenta «devolverles la frescura e hidratación perdidos» mediante retoques que deberían «pasar desapercibidos si la manipulación es la correcta», subraya.
Achiques ha evitado pronunciarse sobre si los labios con aspecto demoníaco se están perfilando con sustancias ilegales o prohibidas. El ácido hialurónico no debería producir problemas, precisa, puesto que es un «producto reabsorbible que forma parte de nuestro propio organismo y que sólo ha producido síntomas de alergia o irritación a menos del 5% de las personas a quienes se les ha suministrado».
Un gran número de expertos ha alertado a quienes se están planteando subirse al carro de la última moda. «En este tipo de labios hay un exceso de producto, y esa cantidad hace que la arteria que va por ahí no circule. Está haciendo un sobresfuerzo y puede llegar a una necrosis vascular», argumenta Paz Torralba, directora de The Beauty Concept, que alerta sobre posibles secuelas irreversibles. «Cuando defines un labio así, puede ser que no vuelva a su estado natural», explica Torralba. «Esa parte del labio estará más arrugada y con un poquito de flacidez, siempre quedan trazas. Es muy difícil que quede igual», apostilla la médica María Dolores Madan.
«La medicina es más seria que una moda», enfatiza. De ahí que, aunque se lo pidieran sus clientas, ninguna de esta expertas realizaría una intervención de 'labios del diablo'. Por razones de salud, además de coincidir en que estéticamente «es horrible». Aunque la revista 'Paper May' recordaba que fue otro cirujano plástico ruso –Emelian Braude– quien empezó a inyectar rellenos en el borde exterior de los labios, algunos expertos apuntan que estos labios podrían ser producto del photoshop o que se podrían dibujar con un perfilador. Hay algo seguro y feo en todo este asunto: la polémica continuará.
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