El sastre al que llamó Woody Allen para su última película

El modisto Lander Urquijo lleva más de 24 años reinventando la sastrería de hombre con una visión más joven y relajada

Sarai Vázquez

Jueves, 3 de octubre 2019, 07:23

Es el culpable de que más de uno vaya de punta en blanco. Y ya no cualquiera , sino los rostros más conocidos a nivel nacional e internacional. Lander Urquijo ha vestido a numerosos futbolistas y, a sus 41 años, se acaba de adentrar en otro terreno más fantasioso, el del séptimo arte. Y es que este diseñador ha ideado el traje de chaqueta para el personaje principal del nuevo film del director neoyorkino Woody Allen, 'El festival de Rifkin', rodado en San Sebastián este mismo verano.

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El diseñador Lander Urquijo.

Lander pone la magia en su firma. Llegó al mundo de la sastrería hace más de 24 años para renovar un sector que se encontraba estancado. «Rejuvenecimos la industria con prendas elegantes pero mucho más relajadas, chaquetas sin armaduras interiores, trajes más estrechos en cuanto a las líneas y cajas más bajas, por ejemplo. Por aquel entonces no existía todo esto, lo ideamos nosotros», reconoce con orgullo. Y es que proponen unos looks atemporales con piezas cargadas de actualidad y un punto de transgresión. Además, también innovó en cuanto a la producción: comenzó a fusionar lo artesanal con la tecnología. «Antes era impensable, lo mejor siempre se hacía a mano, pero, ¿si tenemos una maquinaria que nos ayude a ser más dinámicos y que lo deje todo perfecto?».

Reconoce de forma humilde que todo lo que sabe lo ha aprendido trabajando desde que tenía 16 años. «Quería ser arquitecto, me apasionaba, pero por cosas de la vida tuve que ponerme a trabajar pronto. Es curioso, pero encontré similitudes entre estas dos técnicas y me enamoré». Aprendió de todas las personas que le rodeaban en esas intensas jornadas de trabajo y siempre ha tenido a Tom Ford como diseñador de referencia. Pronto se trasladó a Madrid para comenzar una etapa nueva en su vida: su jefe en Bilbao durante más de once años fundó una tienda en la capital y contó con él. Una oportunidad inigualable. Durante esta etapa logró el título de sastre y en 2009 lanzó su firma, que hoy en día cuenta con tres establecimientos en nuestro país: Madrid, Bilbao y la más reciente, Valencia. «Este año llevamos un ritmo frenético porque también hemos empezado a vender a través de la página web. Teníamos ganas, es una herramienta que nos permite llegar a mucha más gente de todo el mundo», cuenta con emoción.

El éxito que Lander ha conseguido durante estos años es el fruto del esfuerzo y el trabajo duro. En sus días laborables, no tiene un plan premeditado, se deja llevar. Pero en general, pasa las primeras horas de la mañana en la oficina, donde se encarga de la parte más creativa de la firma. «Si me viene la inspiración puedo pasar horas y horas, pero ya sabes, las colecciones no se hacen de 8 a 9 de la tarde, es solo cuando aparece», reconoce. Más tarde, siempre se pasa por el establecimiento de Madrid a ver a sus fieles clientes, les asesora y presencia alguna prueba de vestuario. «Y para terminar el día, me adentro en el taller, para asegurarme de que estamos haciendo las cosas bien», reconoce.

Nueva colección inspirada en Japón

La inspiración de esta temporada viene desde el mismísimo Oriente, concretamente de Japón. «Ahora mismo son los pioneros en moda», admite. Texturas como la pana o la franela se tiñen en tonalidades ocre, granate Y colores tierra. Sin olvidar sus piezas distintivas, como los pantalones de pinza achos. «Además, se puede ver un toque deportivo en prendas como sobrecamisas industriales», admite.

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A la hora de hablar sobre el momento más importante de su trayectoria profesional, Lander se pone melancólico, lo tiene claro: cuando le entregaron el Premio Nacional de Moda en 2015. También recuerda con especial cariño las palabras de un cliente al que le confeccionó su traje de boda. «Me dijo que no lo iba a olvidar en la vida». La exitosa carrera en sastrería le ha cambiado la vida. «Dedicarme a mi pasión es todo un logro y quieras o no, tener tu propia firma te hace madurar», reconoce. Admite que todavía le queda mucho por aprender y espera hacerlo dentro de su proyecto más personal. No desea más, «cuando eres más joven te quieres comer el mundo, quieres llegar a lo más alto, ahora solo quiero que mis clientes se sientan especiales y no perder nunca las ganas de crear». Mientras tanto Lander seguirá siendo el sastre vasco culpable de que más de uno vaya de punta en blanco.

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