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carla calvo
Valladolid
Jueves, 18 de julio 2019, 07:34
«Con la resina puedes encapsular el universo en una gota», así define Inmaculada Amor su trabajo de joyería. Esta artesana castellana y leonesa ha impartido un curso de joyería con resinas en el Centro Regional de Artesanía de Castilla y León (Cearcal). Estudió ... joyería en la Escuela de Arte de Palencia Mariano Timón, aunque sigue formándose de manera continuada gracias a cursos de especialización. Además, se licenció en Historia del Arte, ya que su objetivo principal en todos sus trabajos es aunar la teoría y la técnica con el mensaje artístico, «unir el arte y la artesanía». Para Amor es fundamental que las piezas, además de una técnica cuidada, tengan un mensaje, que no sean meramente decorativas.
Por eso lo primero que ha de tenerse en cuenta a la hora de elaborar una joya es el concepto. «Saber qué se va a realizar». En concreto todos los participantes trabajaron desde la misma base: la creación de anillos y medallones. Aunque luego cada uno, aplicando las técnicas explicadas durante el curso, pudo hacer su propio diseño. Podían usar un cerco de latón, sobre todo para los medallones, o usar solamente resina aplicada a un molde. Tanto la elaboración del cerco metálico como la creación de los moldes también formaba parte del curso, lo que permite poder replicar después el proceso completo para que, una vez acabado el curso, puedan cear sus propias joyas siempre que quieran. Además, podían añadir un elemento natural a su pieza, ya que una de las facetas de la resina es que permite encapsular flores frescas.
Para ello comenzaban con un primer contacto con la parte más teórica, conociendo cuáles son los distintos tipos de resinas y sus posibles aplicaciones, para luego poder ponerlo en práctica. La resina tiene múltiples aplicaciones y, por lo tanto, existen diversos tipos que pueden utilizarse en función del objetivo que se pretenda lograr. Para la creación de joyas se utilizan principalmente de dos tipos: opacas (poliuretano o acrílica) o transparentes (epoxi). Jugando con estos dos tipos de materiales es con lo que se consiguen resultados diversos y originales.
Una vez que tienen la idea y conocen la técnica, se pasa a la elaboración y aplicación de la resina. Cada resina cuenta con su propio proceso: hay algunas que vienen por separado con una base y un catalizador que ha de juntarse para así activarla, pero hay otras que ya vienen activadas. Estas últimas además suelen necesitar que se trabaje con luz solar o UV para su secado. Así se aplica una primera capa de resina sobre la que se trabaja con un pigmento o algún elemento (como pueden ser las flores tanto secas como frescas, por ejemplo), después se aplica una segunda capa que lo proteja y se deja secar. En función de la resina utilizada se dejará secar al aire o se utilizará luz.
Este proceso permite una gran variedad tanto cromática como conceptual, ya que no solamente se pude jugar con los colores y las texturas, sino que se pueden aplicar multitud de elementos naturales o artificiales que permitan darle a la joya su toque único. Otro recurso muy utilizado es pincelar un elemento natural para plastificarlo y que perdure, como puede ser una hoja que luego se use a modo de pin. Así durante este curso los alumnos no solo aprenden la técnica, sino también el mensaje, ya que «lo fundamental es ir más allá del mero accesorio, sino intentar crear algo con un mensaje implícito».
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