
DAVID PINILLOS
Jueves, 22 de diciembre 2011, 01:28
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El cine Cervantes es el cine de mi niñez. Las primeras películas las vi desde la cabina de proyección de aquel viejo cine junto a mi padre y su amigo Ignacio, proyeccionista de aquel maravilloso lugar. Con el paso del tiempo, al igual que ellos, me convertiría en un enamorado del cine. Un día, con apenas 10 u 11 años y sin aviso, cerraron el Cervantes y ya nunca más volví a subir por las empinadas escaleras que te llevaban a esa sala llena de magia y aventuras. Algunas veces, cuando paso por aquí, sueño con que el legendario teatro abre de nuevo sus puertas y vuelve a llevar el cine al centro de nuestra ciudad.
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