Molinos de producción de energía eólica instalados en la zona este de la Montaña Palentina. :: EL NORTE
CULTURA

¿Paisaje o energías renovables?

Un foro explora en León estrategias para conciliar el patrimonio natural con las infraestructuras

JESÚS BOMBÍN

Viernes, 21 de octubre 2011, 02:55

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Molinos de viento que arruinan vistas de horizonte frente a pueblos que ven su futuro en los ingresos de la instalación de torres eólicas. Paisaje natural o energías alternativas. Preservación del patrimonio ambiental frente a impacto visual. No son pocos los municipios de Castilla y León abocados al dilema de captar ingresos a través de empresas de energías limpias o preservar sus vistas para no dañar el negocio turístico. ¿Es posible conciliar intereses o resulta un avenimiento imposible? Con la premisa de buscar estrategias de conciliación, la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León reúne hoy en León a urbanistas, expertos en ordenación del territorio, empresarios, políticos y científicos que reflexionarán sobre patrimonio cultural, paisaje e infraestructuras.

La atención que concita este asunto es creciente. Si hasta hace poco las energías alternativas eran santo y seña del movimiento ecologista hoy ha crecido un ramillete de 'peros' que amenazan con invalidar la barra libre a la que se había acomodado el sector. La opinión pública ha venido apoyando casi sin fisuras la implantación de energías limpias como alternativa obligada frente a la contaminación y el calentamiento global. Pero la proliferación de molinos de viento o huertos de placas solares (en menor medida) han generado voces de disconformidad, síntoma de que algo está cambiando.

«La nueva sensibilidad hacia los paisajes se está convirtiendo en el mayor obstáculo para el desarrollo de las energías renovables», sostienen en un estudio las investigadoras de la Universidad de Granada Marina Frolova y Belén Pérez. Esas voces críticas han cuajado en la formación de colectivos como en el que milita Javier Ceruti, vocal de Cantabria Nuestra, desde la que se han paralizado varios proyectos de energía eólica por su impacto visual o por su asentamiento en zonas protegidas. «Los beneficios no son tantos como aseguran las empresas, pues los mantenimientos de esas infraestructuras son muy económicos: Viajo con frecuencia a Madrid y veo que Burgos está siendo absolutamente colonizado por los molinos, en algunas zonas con una presión enorme».

Recuperar del olvido el viejo concepto de desarrollo sostenible es una de las fórmulas que brinda Antonio Hoyuela, profesor de Urbanismo, Ordenación del Territorio, Cartografía y Paisaje de la Fundación San Pablo CEU. Como participante en el foro de León, propone una mirada a Inglaterra y Holanda como referentes de planificación territorial inteligente. En especial, cuando se trata de armonizar convivencias complicadas entre patrimonio natural, transportes, comunicaciones y energía. «Siempre hay que buscar caminos para conciliar. La visión del paisaje estructura todos los ámbitos: el bonito, el feo, el rural y el urbano, el excepcional y el ruinoso. Todo es paisaje», matiza.

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Su discurso abunda en la necesidad de trabajar «la gama de los grises frente al blanco y negro». Y recuerda que cuando se construyó la Torre Eiffel el poeta Baudelaire consiguió reunir 300.000 firmas para derruirla y hoy no entenderíamos París sin su símbolo esencial. «Hay que hacer que las cosas cobren sentido, tener una visión global y colocar los parques donde haya viento pero sin prescindir del argumento ambiental y visual». En su opinión, el error más común al valorar estas infraestructuras es tomarlas como una mera suma de elementos en lugar de enmarcarlas en un plan de conjunto.

Desde la Asociación de Promotores de Energía Eólica de Castilla y León, Eugenio García Tejerina defiende que el fomento de las energías alternativas es un imperativo legal, ético y medioambiental, no una simple moda. «Eso que llaman contaminación visual habría que ponerlo en comparación con las ventajas que acarrean las instalaciones desde el punto de vista ambiental. Y estimar cómo puede afectar al paisaje la no utilización de energías renovables. No se nos ocurriría instalar aerogeneradores en zonas de alto valor ambiental como Picos de Europa, por ejemplo; está claro que hay paisajes que no deben ser afectados pero si se reducen las cosas al absurdo no se llega a ningún sitio». Desde su experiencia como exalcaldesa de Uclés (Cuenca), Ana María Gálvez, del PP, contará cómo se autorizó un parque eólico que, pese a ubicarse a trece kilómetros, impacta en la visión panorámica que se tiene del castillo y el monasterio. «Desde ese momento intentaron instalarse más parques eólicos y hemos intentado paralizarlo». El foro de León busca hoy alternativas de convivencia para dos opciones que, por los valores que entrañan, aspiran a superar visiones antagónicas que las coloquen en la disyuntiva de 'o molinos o paisajes'.

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