F. IZQUIERDO
Martes, 11 de octubre 2011, 02:59
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«Pensar que el lugar al que nos sentimos ligados es el centro en nuestra vida no es solo algo defendible, sino incluso necesario.» De esta manera defendió ayer el escritor Luis Díaz su última publicación, 'Viana de Cega: entre dos ríos', uno de los tres libros presentados ayer en el Salón de Plenos de la Diputación de Valladolid y en el que el diputado de Juventud y Deportes, Alejandro García Sanz, actuó como maestro de ceremonias.
Según Díaz, para mejorar el mundo es necesario «ser conscientes de que todo lo que sabemos lo hemos aprendido desde la condición de nuestra humanidad y ser de un lugar u otro no nos hace peores o mejores, pero si distintos». Por eso, en las 120 páginas del libro realiza una «obra personal» en la que regresa a su lugar de nacimiento y en «el que he pasado más de 40 años» para describir el pueblo, su entorno o su historia.
Lo hace además, con una «mirada antropológica, sin entrar en demasiados detalles, y con una redacción que permite que el libro se lea con facilidad». Para ello, usando un símil pictórico, apuesta por una técnica «de acuarela y no óleo». Consigue así retratar a un municipio que, como dice en el prólogo, «difícilmente encaja a los estereotipos que suelen manejarse para etiquetar a tantas poblaciones del medio rural». Porque Viana de Cega es una localidad que, desde los años cincuenta del siglo pasado, ha combinado esas características del pueblo con los de la urbe. Sobre todo por las urbanizaciones que se levantaron y que sirvieron para que muchos vecinos de la capital crecieran, al menos durante los veranos, entre sus pinares, las calles del municipio o el río Cega.
El libro tendrá hoy una segunda presentación (20:30 horas) en el Ayuntamiento de Viana. Allí, además del autor, estará su alcalde, Alberto Collantes, así como el periodista y colaborador de El Norte de Castilla Carlos Blanco.
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Además de este libro, en la institución provincial también se presentaron 'Bocigas en su historia', de Máximo García, y '50+1 construcciones vernáculas', de Carlos Carricajo. El primero de ellos rastrea los hitos de Bocigas durante los siglos XVI y XVII y lo hace a través de una estructura cronológica, acompañado de más de 50 fotografías de la época.
Mientras, el segundo hace un seguimiento detallado a edificios propios de la provincia levantados con materiales autóctonos. Huye por tanto de ser una guía turística y en él se investiga la esencia de las construcciones y no tanto de su historia. Los tres libros son las últimas novedades de la colección de Tierras de Valladolid y de Arquitectura, coordinados por las áreas de Igualdad de Oportunidades y Cultura, así como por el Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial de Valladolid.
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