Padilla podría perder el ojo y la movilidad facial tras su grave cogida
Tras seis horas de operación en Zaragoza, en los horas críticas se vuelve a hablar de otro milagro que salva la vida de un torero
BARQUERITO
Domingo, 9 de octubre 2011, 03:18
Un ilustre cirujano taurino, Carlos Val Carreres, titular de la plaza de La Misericordia Zaragoza, calificó la cornada sufrida el viernes en la cara por Juan José Padilla como la «más escandalosa» que había visto en sus 40 años de profesión. Sedado, intubado y estabilizado en la enfermería de la propia plaza, Padilla entró en quirófano poco más de hora y media después de haber sido herido en la cabeza. El cuerno del toro entró por el cuello, por detrás de la oreja izquierda, y se fue hasta el globo ocular. Los escáneres previos a la intervención quirúrgica, que se prolongó durante casi seis horas, descartaron lesiones cerebrales. La doctora Esther Saura, jefa de Cirugía Maxilofacial del hospital Miguel Servet de Zaragoza, destacó que la trayectoria del cuerno fuera de una «sorprendente» limpieza. Los médicos han optado por darse un plazo antes de hacer pronósticos del todo fiables. El arrancamiento del tronco del nervio facial traerá como consecuencia segura una parálisis facial parcial, de la mitad izquierda del rostro. La elongación excesiva del nervio óptico no invita al optimismo y, aunque los médicos prefieren esperar a pronunciarse, se tiene la impresión de que Padilla perderá la visión del ojo izquierdo. La doctora Victoria Simón, que operó a Padilla junto a los doctores Nadal y Cámara, destacó que todas las fracturas óseas en la zona afectada -en mandíbula, nariz, y en suelo y techo de la órbita ocular- se solucionaron y que los huesos pudieron recolocarse con estabilidad.
El impacto del pitón dejó el ojo izquierdo fuera de su cuenca y la cirugía acertó a reubicarlo propiamente. La cornada separó el tímpano de la oreja, pero también la cirugía resolvió ese problema añadido. La audición no está dañada, lo cual parece, en un trauma de tales dimensiones, una especie de milagro. El control eficiente del sangrado evitó males mayores. Fue de especial fortuna la diligencia de los médicos de la plaza de toros y de los servicios de urgencia -el 061- y el hecho de contar en Zaragoza con un servicio especializado de cirugía maxilofacial.
No se puede predecir el tiempo que Padilla permanecerá sedado e intubado en la UCI y hasta dentro de diez o quince días no se hará una valoración definitiva de la lesión. La presencia de oftalmólogos y otorrinos en el curso de la operación fue garantía de rigor y atención. Con todo, las horas posteriores al percance y a la operación se siguen considerando «horas críticas».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.