F. C.
Lunes, 3 de octubre 2011, 02:54
Publicidad
Dirige el grupo de danzas de la Diputación y la escuela casi desde sus principios. Médico de profesión y natural de Villerías de Campos, Javier Revilla comenzó a danzar en el grupo de la desaparecida Sección Femenina. Pocos años después de desaparecer esta organización, retomó su pasión por la danza popular en la agrupación creada por la Diputación, que terminó dirigiendo.
-¿Por qué hay más chicas que chicos en la escuela?
-Las mujeres se han incorporado a todo, son más constantes, trabajadoras y se ilusionan más con las actividades. Los chicos no se matriculan tanto por tres razones. La primera es porque pueden pensar que el tema de las danzas es más de mujeres que de hombres, lo cual es una gran mentira, porque todos los grupos de danzantes que había en la provincia de Palencia han sido de hombres, aunque en lo siglos XIX y XX se han incorporado mujeres. Los hombres son los que tienen tradición de bailar. La segunda razón es el miedo a que les tilden de 'mariquitas', y nada más lejos de la realidad, porque la actividad la hacen con mujeres y hay más posibilidades de relación heterosexual porque están juntos. Una tercera razón es que el hombre es mucho menos activo que la mujer, se incorpora a menos actividades o hay muchas menos cosas que le generan interés. Los buenos bailarines si algo tienen es potencia física y coordinación. A quien hay que pedir ayuda es a los padres, para que les induzcan a bailar, para que les lleven a la escuela, que les animen, que prueben y luego ya veremos.
Aportación palentina
-¿Qué ha aportado a Palencia la escuela de danzas y el grupo provincial?
-Después de treinta años, podemos decir que ha aportado una sistematización en las danzas de toda la provincia dentro de sus siete partidos judiciales históricos, con un conocimiento que no vamos a decir que total, porque siempre se aprenden cosas, pero sí más que suficiente de unas cuarenta danzas sistematizadas que tenemos en la provincia. Es una aportación de esta cultura inmaterial, como se viene llamando, de Palencia a la región, al país o a Europa. La Diputación de Palencia sí puede plasmar de una forma estudiada y sistematizada sus danzas tradicionales, tanto en el ámbito ritual, que son los paloteos, como en el ámbito del divertimento, ruedas, jerigonzas, jotas, ligeros, llanos o bailes de importación como polcas, mazurcas, rigodones
-¿En estos años se ha hecho alguna labor de investigación?
-Primero hubo una formación personal mía, a través de un curso de tres años en la Universidad de Valladolid que se denominaba Especialista en Estudios sobre la Tradición, y a través del conocimiento de cómo se impartía la danza en los conservatorios profesionales de música, entre otras actividades. Una segunda parte fue compilar todo el trabajo que ya teníamos, que era el que había realizado Educación y Descanso y la Sección Femenina, ponernos en contacto con todas las personas que nos podían ayudar a revisar y repasar todo ese material, y luego, con todo ello, nuestro trabajo se centró en proyectar ese material al escenario, cómo mostrar esas danzas. Esto nos obligó a estudiar la escena con especialistas. En los primeros ocho o diez años tuvimos en la escuela profesorado de primer nivel, desde el fallecido Juan José Linares a profesores del Instituto del Teatro de Barcelona, que dirigía Bárbara Casptrovic. Aprendimos a trabajar el cuerpo, cómo personalizar en él el carácter de nuestras danzas y cómo las presentábamos al escenario. Mereció la pena que la Diputación hiciera entonces ese esfuerzo en la formación.
Publicidad
-¿En el mundo de la danza tradicional palentina está todo descubierto?
-Siempre hay que tener la mente abierta para encontrarnos con algo nuevo. Se pueden encontrar piezas o datos nuevos, pero nunca nos podemos olvidar de la biblioteca, de lo que ya está publicado. En el ámbito de lo tradicional, los ritmos y las formas están ya recuperadas. Siempre puede aparecer alguna cosa curiosa nueva y se pueden hacer versiones o proyecciones escénicas diferentes de esas danzas, manteniendo la esencia y la raíz, pero ese conjunto de piezas de los siglos XVIII, XIX y hasta los años cincuenta del XX, creo que está todo recuperado. La danza es una de las artes más antigua, hay expresiones de danza desde que el hombre es hombre hasta el momento actual. Todos los conocimientos que tenemos nos debe servir para proyectar las danzas y hacer unas buenas puestas en escena que sean representativas de lo que fueron en la provincia de Palencia en los siglos XVIII o XIX.
-¿Cómo definiría la provincia de Palencia desde el punto de vista del folclore?
-Es interesante por su variedad y riqueza: es montañesa, es cántabra, es leonesa y es castellana. El partido histórico de Cervera de Pisuerga es montaña y su etnografía y forma de bailar es muy semejante a la cornisa cantábrica. La Tierra de Campos y los condados de Carrión y Saldaña son leoneses. Sin embargo, el señorío de Monzón y el Cerrato es Castilla pura y dura. En la provincia de Palencia, más que una amalgama, tenemos un estilo leonés, un estilo castellano y un estilo de la cornisa cantábrica.
Publicidad
-¿Cuáles son las danzas más palentinas?
-En la montaña, el llano y el ligero; en la zona leonesa, los bailes corridos o de rueda y la jota al estilo leonés, una jota arrastrada con unos pasos muy largos, y también tenemos aquí la danza ritual, la de los danzantes; y en el ámbito de Castilla, se cumplen todos los requisitos de la jota castellana con sus tres mudanzas básicas y los adornos propios de esta zona.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.