Ence y Acciona invertirán 130 millones en tres plantas de biomasa en Castilla y León

La biomasa no quiere desenchufarse del 'boom' de las energías renovables. Aunque a día de hoy su producción solo supone menos del 4% del total de la energía eléctrica producida en el régimen especial que lidera la eólica, los grandes proyectos inversores comienzan a despuntar en el sector. Y varios de ellos se ubicarán en los próximos meses en Castilla y León.

Las dos empresas españolas que más inversiones han anunciado en el sector de la biomasa para generación eléctrica -Ence y Acciona- han anunciado inversiones superiores a los 130 millones de euros para abrir tres centrales de biomasa en los términos municipales de Villaturiel (León), Melgar de Fernamental (Burgos) y Almazán (Soria) que se sumarán a la planta que Acciona ya tiene abierta en Briviesca (Burgos).

El sector de la biomasa eléctrica acumula un considerable retraso en los objetivos previstos, ya que a finales de 2010 solo había operativos algo más de 700 megavatios (MW) de potencia instalada sobre un total de 1.600 MW previstos en el plan director de energías renovables estatal.

La biomasa se va abriendo un hueco en el mundo de las energías renovables. Según los datos de Red Eléctrica de España (REE), la energía generada por biomasa y biogás creció el 9,4% durante el pasado año 2010 al pasar de 2.850 gigavatios/hora a los 3.119 Gw/h. Pese a ello, otras energías renovables que partían de una posición inferior como son la fotovoltaica y la solar termoeléctrica han conseguido superar la producción eléctrica de la biomasa.

La distancia en la potencia instalada es espectacular frente a otro tipo de energías, porque mientras la biomasa y el biogás apenas alcanzan los 700 MW, la eólica supera los 20.000 MW y la fotovoltaica los 3.500 MW. Andalucía y Asturias son las comunidades autónomas españolas con mayor potencia instalada de biomasa y biogás, gracias sobre todo a las plantas que la papelera Ence tiene operativas en estas dos regiones.

Inversiones millonarias. El futuro de la biomasa a corto plazo parece estar en manos de los grandes proyectos inversores puestos en marcha durante los últimos tres años por dos de los gigantes industriales y energéticos españoles, la papelera Ence y Acciona. Entre ambas concentran más de la mitad de la propiedad de los megavatios de energía de biomasa instalados en España y han presentado planes de inversión superiores a los 700 millones de euros a corto plazo para el desarrollo de nuevos proyectos. Varios de ellos ya tienen ubicación prevista en provincias de Castilla y León, aprovechando su gran potencial forestal y agrario.

Eléctrica verde. Los mayores proyectos vendrán de la mano de la papelera Ence convertida desde hace años en la mayor 'eléctrica verde' de la Península -con 180 MW de potencias instalados- gracias a su estrategia de diversificación. Su nuevo plan director hasta el 2015 prevé la construcción de hasta nueve factorías de biomasa, con una potencia instalada de 20 megavatios cada una y que requerirán una inversión conjunta de 525 millones de euros.

Entre los proyectos más avanzados desde el punto de vista administrativo y de tramitación medioambiental se encuentran dos en Castilla y León, en las localidades de Villaturiel, en León, y en Melgar de Fernamental, en Burgos. La inversión conjunta prevista en ambas plantas se acerca a los 100 millones de euros para una potencia de 40 MW. Se trata de plantas de biomasa combinadas que obtienen la generación eléctrica de residuos y cultivos energéticos. Estos últimos, que supondrán en torno al 40% del aporte de materia prima a la planta, serán plantaciones de chopos mejoradas genéticamente para su rápido crecimiento.

Todos estos proyectos necesitan la financiación de un 'pool' de entidades financieras. Ence tiene a punto la mayor planta de biogás de Europa en la provincia de Huelva, con una potencia instalada de 100 MW y una inversión superior a los 100 millones de euros. Según ha asegurado la empresa papelera, al tratarse de «proyectos gemelos», pretende conseguir que la construcción e ingeniería de las nueve plantas de biomasa las acometa la misma empresa.

Agricultores. Por su parte, Acciona ya cuenta con experiencia en la producción de energía verde en Castilla y León. En colaboración con el Ente Regional de la Energía (EREN), que dispone del 15% del capital, Acciona tiene operativa en la región una planta de producción de energía eléctrica con biomasa en el municipio burgalés de Briviesca. Se trata de una planta de 16 MW de potencia instalada, con capacidad para procesar hasta 102.000 toneladas de paja de cereales. La inversión realizada se acerca los 50 millones de euros para conseguir una producción de 128 millones de kilovatios/hora.

La empresa ha firmado contratos a medio y largo plazo con más de un centenar de agricultores de la zona para asegurarse el abastecimiento regular de la materia prima que sirve de combustible a la planta. Acciona ya cuenta con otras centrales similares en los municipios de Sangüesa, en Navarra, y en Miajadas, en Cáceres. Y actualmente tiene prevista la construcción de una planta similar a las anteriores en la localidad soriana de Almazán, con una inversión estimada de 30 millones de euros y una potencia instalada de 18 MW.

Empleo rural. Según un informe publicado el pasado año por la consultora especializada en el sector Boston Consulting Group en colaboración con la empresa Ence bajo el título de 'El valor de la Biomasa Forestal', cada megavatio de potencia instalado en el sector se traduciría en nueve empleos inducidos, de los que el 90% serían en el ámbito rural y forestal.

Según este informe, España dispone de 6,5 millones de toneladas de residuos forestales en sus montes que actualmente no se aprovechan. Además, sería viable la plantación de hasta 350.000 hectáreas de cultivos energéticos como el chopo para producir unas siete millones de toneladas anuales de biomasa verde. El aprovisionamiento de las plantas de biomasa en toda Europa se realiza de diferentes formas: mediante residuos forestales como de las industrias madereras, con residuos agrícolas leñosos procedentes de podas, agrícolas herbáceos como la paja, residuos de industrias agrícolas y también mediante cultivos energéticos subvencionados en la propia Política Agraria Comunitaria (PAC).