Torrellas descubre la Palencia esotérica

Jesús Torrellas pronunció ayer un pregón literario en el que se valió de metáforas, analogismos y una profusa adjetivacion para conseguir una fiel radiografía de la Palencia más desconocida, a la que calificó de «provincia viva, dinámica, joven y con aroma». El escritor de obras como 'El Silencio de las ermitas' y 'La cruz del sur' realizó un discurso vehemente, que combinó sentimiento, historia, literatura y, por supuesto, misterio, ya que la esencia de sus obras se encuentra en los del esotérico mundo del Cerrato.

La línea argumental de su investigación con los mal llamados fenómenos paranormales, ya que, según él, se refieren a las experiencias más cotidianas de la vida, se reduce a que el misterio no radica en lo que se ve, sino en lo que se intuye. El pregón literario, que se celebró en el teatro Principal, desmenuzó la historia de las piedras palentinas, «donde se esconde el mensaje», según explicó, y se sumergió en un cosmos de inquietudes.

Además, el escritor se apoyó en sus experiencias personales para acercar a la sociedad palentina a los conventos, ermitas, miradores, templos y criptas subterráneas que han motivado la inmersión del escritor en esa «Palencia subterránea y mágica», según expresó. Por ejemplo, Jesús Torrellas relató su aventura con una emisora de radio madrileña en el centenario templo de San Pablo, donde las máquinas de medición telúrica se dispararon. Sin embargo, cuando se refirió a pasajes de su faceta como investigador de fenómenos misteriosos en la provincia, el escritor no podía disimular su tristeza porque «los palentinos no puedan gozar de unos tesoros que son puro conocimiento», y que se encuentran relegados en el olvido, según señaló.

El pregón se adentró después en las entrañas de esta provincia desconocida que se aprecia en escenarios como San Pablo, un templo que guarda una acongojante imagen de Santo Domingo de Guzmán; San Francisco; el monasterio de San Pelayo, en Cevico Navero; la ermita de Nuestra Señora de las Fuentes (Amusco), la catedral de Palencia y los miradores del Cerrato desde los que se contempla el firmamento.

Jesús Torrellas, natural de Cantabria, realizó ayer un esbozo de la ciudad más sublime y antigua, y exhortó a los vecinos a descubrir los secretos ocultos de su propia tierra. El investigador dibujó con palabras los vestigios de esa Castilla profunda, que se encuentra «en los ojos taimados de las viejas castellanas» según explicó. Su testimonio se convirtió en una retrospección a su trabajo como investigador de fenómenos relacionados con la iconografía mariana, e incluso confesó algunos métodos poco ortodoxos sin los que le hubiera sido imposible conseguir informaciones determinadas.

Además de las anécdotas, los guiños a su infancia y continuas referencias al paisaje castellano, Jesús Torrellas aprovechó para culpar a la cerrazón humana de sesgar la intuición y de promover la incredulidad, a pesar de que el escritor ha asegurado en alguna ocasión que, precisamente, los desconfiados con algunos fenómenos, como las psicofonías, se convencen finalmente de la existencia de algo trascendente y real, porque se deslumbran con la ingente cantidad de datos objetivos y subjetivos que el escritor aporta en sus obras.

Por otra parte, no perdió la oportunidad de recordales a los palentinos su deber de conservar la ciudad como si fuera un tesoro, aunque abogó por mantener esa imagen de Palencia sobria, sencilla y sin grandilocuencias, porque en su simpleza reside su belleza, según el escritor, que, aunque se considera creyente, también matizó que el mundo del misterio está abierto por igual a «ateos, creyentes y agnósticos»

Igual que en sus libros, el escritor pronunció un pregón autobiográfico, en el que relató sus experiencias en algunos medios de comunicación y programas, como 'Cuarto Milenio', donde asistió para contribuir a la promoción de la parte más recóndita de la ciudad, que es la que se encuentra entre las paredes y los cimientos de las típicas construcciones palentinas, tanto populares como religiosas.

Después de asistir al pregón, puede que los palentinos perciban a partir de ahora una ciudad distinta, colmada de misterio y belleza, ya que las conclusiones de Torrellas invitan, cuanto menos, a reflexionar.