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Carlos Villar, de Protos. A. Ojosnegros
ECONOMÍA PROTOS, SANTIVERI Y FLOR DE ESGUEVA, SUSTENTO DEL DESARROLLO DE LA COMARCA

Tres empresas locales para hacer historia

Agapito Ojosnegros

Viernes, 12 de agosto 2011, 02:13

No es que sea difícil. Simplemente es imposible desvincular a Protos, Santiveri y Flor de Esgueva (Grupo Lactalis) de la historia de Peñafiel. Estas tres empresas del sector de la agroalimentación han sustentado durante buena parte del siglo XX un tejido empresarial comarcal que se completa con la actividad agraria y de servicios, principalmente. Y con el siglo XXI recién estrenado, una vez que otra muy importante fábrica del municipio, la Azucarera de Ebro-Puleva, es ya historia, el compromiso de estas tres factorías sigue siendo el mismo: seguir protagonizando la economía local.

Protos nació el 9 de marzo de 1927 de manos de 11 viticultores peñafielenses para elaborar un vino de calidad y embotellado desde el primer momento, «algo que entonces era muy difícil», indica Carlos Villar, director general de la elaboradora ribereña.

Las primeras instalaciones se levantaron junto a la actual carretera Nacional 122, dentro del término municipal, y aún perviven. Tras sucesivas ampliaciones, en los años 90, se dan dos saltos significativos: el desembarco en Rueda y la gran obra en Ribera del Duero, la bodega vanguardista del arquitecto británico Richard Rogers. La conversión en Sociedad Limitada en 1995 fue un «hito fundamental»: si en el año 2007 Protos empleaba a 37 personas fijas, en 2011 esa cifra se eleva a 51 empleados, y durante un periodo que puede alcanzar los tres meses y que gira en torno a la vendimia, los contratados aumentan en 73 trabajadores más.

La empresa pionera en alimentación natural y dietética en España, Casa Santiveri, nació en Barcelona en 1885 después de que su fundador, Jaime Santiveri Piniés, desahuciado por los médicos, sanara en el clínica Sebastián Kneipp, en Alemania, a base de terapias y productos naturales. «Esto hace que su vida cambie totalmente y a su vuelta se dedica al estudio apasionado en el campo médico-dietético», indica José Luís Arranz, empleado desde los 16 años y jefe de la planta que la marca tiene en Peñafiel, hoy en día la principal de la sociedad. En 1929 comienza a distribuir también artículos Kelloggs. En 1939, por la escasez de cereal -materia prima básica para esta firma-, surge la posibilidad de ampliar en otros puntos, y es así como Santiveri «viene a parar a Peñafiel, porque Castilla es por excelencia tierra cerealista», apunta Arranz.

El traslado a las actuales naves de Camino de Llanillos se realiza en 1989. Allí se monta una primera línea de producción, y a partir de ahí el crecimiento es constante. De 36 trabajadores en 2005, se han pasado a casi 100 en el presente.

Después de 44 años trabajando en la firma donde empezó con 15 años, Luis Martín Fandiño, es historia viva de la actual quesería peñafielense, en la localidad de Esguevillas de Esgueva. Fue a mediados de los años 40 cuando se consuma el acuerdo con los propietarios de Quesera del valle de Esgueva SA, los catalanes Domingo Massanés y Manuel Grau, de cuyo apellidos surge la firma MG.

A partir de ahí es cuando la producción del queso insignia de la comarca también se realiza en su cabecera. Hasta entonces, y tras una primera etapa en Tudela de Duero, «mi padre elaboraba queso de leche de oveja de forma artesanal en Peñafiel, en unas instalaciones en la carretera de Soria, y de allí pasó a la calle Panera del Estudio, en lo que luego sería un cine de verano», y las primeras dependencias en producir Flor de Esgueva en el municipio ribereño, explica Martín. Por poco tiempo, porque «en 1953 se compran terrenos en la calle del Calvario donde se hicieron unas instalaciones de consideración».

Hoy la factoría sigue creciendo sobre ese suelo pero hasta llegar aquí, «sobre el año 70, MG vende todas sus fábricas a una empresa suiza que se llamaba Ursina», quien tras ampliar, en 1973 vende a Nestlé. «Con Nestlé hubo una ampliación muy significativa, con tecnología modernísima y plantilla de más de 100 personas, con mucha fabricación y muy buena calidad», señala Martín Fandiño, pero como subraya él mismo, «se ve que en 2007 Nestlé se cansó de hacer queso porque no es lo suyo».

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