Casa Duque, el mesón más antiguo de Segovia

Ya en los primeros tiempos, la casa de comidas gano fama por sus asados y guisos y fue pasando de padres a hijos hasta llegar a la tercera generación, representada por el maestro asador Dionisio Duque. Mucha gente aun se acuerda de sus apariciones en el popular concurso 'Un, dos, tres' allá por el año 1972, partiendo el cochinillo a la manera tradicional. Pero no solo supo dar publicidad a su restaurante sino que junto con Cándido llevo la gastronomía típica segoviana a todos los hogares españoles, una labor de la que se han beneficiado el resto de hosteleros. En la actualidad, aunque el maestro nos haya dejado, su impronta y saber hacer quedan en manos de sus hijos Marisa y Julián, que han sabido honrar el legado de su padre.

Respecto a Casa Duque decir que su ubicación es inmejorable, a medio camino entre el Acueducto y la Plaza Mayor. Se nota nada más franquear la puerta que no es un restaurante cualquiera, y es que aunque muchos locales de reciente construcción, intenten emular el ambiente que emana de estos veteranos mesones castellanos, la solera de sus muros, la historia que cuelga de sus paredes y la experiencia de tantos años, son inimitables. Amplios comedores repartidos en varias plantas, y un ambiente agradable y sin agobios, conseguirán que el comensal se sienta muy cómodo. De la cocina hay poco o mucho de qué hablar, según se mire. Por un lado están los asados, de los que ni decir tiene que siempre está en franca competencia con Cándido y José María por ser el sitio de referencia en este complicado arte. Por otro lado está el toque innovador que pretende conseguir renovando recetas tradicionales por otras nuevas como el conocido soufflé de colas de cangrejo del río Duratón.

Ya metidos en faena no hay que andarse con florituras y hay que pedir lo que toca, unos excelentes judiones de la granja, elaborados con sus buenas horas de cocción. Luego llega el asado, donde el horno de leña y los tiempos sabiamente administrados consiguen un cochinillo excepcional, para acabar con un delicioso ponche segoviano. Todo ello regado con un Ribera de Duero. Un menú nada innovador pero muy contundente, recomendado para que el foráneo que visite Segovia deguste al menos una vez. Pocos sitios mejores que Casa Duque para hacerlo.