Vecinos del municipio de Barruelo del Valle, que tiene un censo de 65 habitantes. :: L. S..
VALLADOLID

Villalán y Barruelo mantendrán el concejo abierto pese a no ser obligatorio

La mayor parte de los 43 municipios de menos de 100 vecinos han optado por la Corporación con tres concejales

LORENA SANCHO

Lunes, 27 de junio 2011, 03:15

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El medio centenar de vecinos de Villalán de Campos quiere que los presupuestos se sometan a la votación de todo el pueblo. Y también que se les consulte cuando los fondos que reciben de la Diputación tienen que buscar un uso en el programa de Planes Provinciales o cuando sea necesario decidir si es preciso incrementar o no una tasa o impuesto.

Porque en Villalán, lejos de buscar un representante que gobierne su localidad, apuestan por consensuar las decisiones. Así de claro lo han dejado hace unos días durante la celebración de la asamblea vecinal que sometió a votación si esta localidad terracampina continuaba o no con el régimen de concejo abierto, desde el 22 de mayo optativo y no obligatorio para los municipios de menos de cien habitantes. 23 vecinos en un censo de 44 tenían en sus manos la decisión de dejar que el alcalde, Ignacio Sánchez, y los otros dos concejales electos constituyeran la Corporación que por primera vez en muchos años gobernara este municipio. «Eran necesarios 23 votos afirmativos de 23 asistentes que había, porque se necesitaba la mayoría, es decir, 22 más uno», dice el alcalde. Y así fue.

Primero, y tal y como manda la reforma de la Ley de Régimen Electoral General, los tres concejales electos tuvieron que acordar por unanimidad que continuara el concejo abierto y, después, los 23 miembros de la asamblea dieron su respaldo al que algunos consideran como el mejor ejemplo de Democracia real. «Para estos pueblos tan pequeños lo mejor es el concejo abierto porque cuando todo el mundo está de acuerdo las cosas salen mejor y no pueden decir que ha sido cosa del alcalde», señala Ignacio Sánchez.

Igual de claro lo han tenido en Barruelo del Valle, 65 vecinos, donde tanto el alcalde, Mario de Fuentes, como los otros dos concejales electos estuvieron convencidos desde el principio de que el concejo abierto era la forma «más democrática» de gobernar. «Es la Democracia pura y dura, los tres estuvimos de acuerdo en proponer a la asamblea que continuara el concejo abierto y así se decidió por mayoría», explica el regidor.

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Y pese a que en los últimos cuatro años 38 municipios estuvieron obligados por ley a mantener este régimen, ahora, una vez que la Ley de Régimen Electoral General se ha modificado y abre las puertas a Corporaciones de tres concejales en los pueblos de menos de cien habitantes, pocos son los que prefieren continuar con el sistema democrático del pueblo.

Adalia, Aguasal, Almenara, Cabezón de Valderaduey, Castrobol, Fuente Olmedo, Llano de Olmedo, Manzanillo, Pozuelo, Quintanilla del Molar, Ramiro, San Pelayo, Torre de Esgueva, Torrecilla de la Torre, Villabaruz, Villafrades, Villagómez y Villalba de la Loma son algunos de los municipios que a partir de ahora abandonarán el concejo abierto para que sea una Corporación de alcalde y dos concejales la que se encargue de llevar las riendas del Ayuntamiento.

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El motivo, en todos los casos, es unánime: con el concejo abierto encontraban dificultades para poder reunir en las asambleas el quórum necesario que permitiera dar luz verde a los proyectos. «Ahora tenías que andar llamando a la gente para que fuera a los plenos y muchas veces no hay ni vecinos a quien llamar», dice al respecto Joaquín Vega, alcalde de Villagómez la Nueva (74 habitantes).

Los dos sistemas

Miguel Sanz, 32 años de alcalde en Manzanillo que le convierten en uno de los históricos de la provincia, ha tenido el privilegio de afrontar en su carrera los dos sistemas. «Y no sé cómo será mejor, porque la otra vez que funcionó como Ayuntamiento éramos cinco concejales y ahora seremos tres, pero con asambleas la gente no acudía».

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Más operativo y más factible a la hora de tomar decisiones son los motivos que han empujado a Llano de Olmedo a abandonar el concejo abierto. «Es mejor tomar decisiones entre tres que buscar más gente para que se pueda aprobar», dice el alcalde, Fermín Hernández. De la misma opinión es Rosario Pardo, alcaldesa de Cabezón de Valderaduey, que sostiene que de esta forma se asegura la presencia de alguien, «porque de la otra manera muchas veces no había decisiones porque no se alcanzaba el quórum necesario y era perjudicial para el pueblo», dice.

El apoyo mayoritario que han recibido los tres representantes de Torrecilla de la Torre fundamenta en este caso la decisión de formar Corporación de régimen «cerrado». Su alcalde, Eduardo Martín, recuerda que, al igual que en el resto de municipios, en Torrecilla también existían problemas para que los vecinos acudieran a las asambleas. «Y si los vecinos nos han apoyado de forma mayoritaria a los tres es porque quieren que les representemos», añade. Desde la constitución de los ayuntamientos, estos 38 municipios que no alcanzan los cien habitantes disponen de treinta días para someter a votación el régimen que seguirán Berceruelo, Gatón de Campos, Marzales, Moraleja de las Panaderas, San Salvador y Villamuriel celebrarán sus asambleas en los próximos días.

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Existen no obstante otros cinco pueblos que en el presente mandato han visto reducir su número de habitantes por debajo de los cien vecinos. Se trata de las localidades de Benafarces, Bustillo de Chaves, Canillas de Esgueva, Matilla de los Caños y Tamariz de Campos, localidades para las que la modificación de la Ley Electoral no ofrece la posibilidad de votar su incorporación al régimen de concejo abierto (solo lo reserva para las que ya funcionaban así), sino que han visto disminuir el número de concejales de cinco a tres.

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