Fachada de la iglesia de la Vera Cruz. :: M. RICO
SEGOVIA

Unión en el valle del Botijas

Los vecinos celebran una fiesta común con tres municipios vallisoletanos

MÓNICA RICO

Domingo, 19 de junio 2011, 02:47

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En el límite de las provincias de Burgos y Valladolid se encuentra el municipio de Cuevas de Provanco, enclavado en el valle del Botijas. Esta estratégica situación hizo que un día el municipio fuera estuviera mucho más poblado que ahora y se convirtiera en el más grande de su comarca.

Hoy gran parte de esa historia ha variado mucho, pero la ligazón de los vecinos de Cuevas con la provincia de Valladolid es más grande que nunca. Su cercanía a Peñafiel hace que los habitantes del lugar se trasladen hasta la localidad vallisoletana como centro principal de servicios e incluso se celebra una fiesta en comunión con otros tres pueblos de la provincia vecina.

Se trata de la fiesta del Valle del Botijas, que incluso cuenta con una asociación para su desarrollo y promoción. Junto a los municipios vallisoletanos de Mélida, Olmos de Peñafiel y Castrillo de Duero, los vecinos de Cuevas de Provanco celebran cada año, durante los primeros días del mes de junio, una semana cultural, en la que no faltan actividades teatrales, actuaciones musicales, conferencias o exposiciones que se pueden disfrutar en los cuatro municipios.

Se trata de una iniciativa que cuenta con gran acogida por parte de los habitantes de los cuatro municipios y que se ha desarrollado ya en una veintena de ocasiones. Esta Semana Cultural cierra sus puertas un sábado, con una gran jornada de confraternización, en la que no faltan los talleres y juegos para los más pequeños, la música y una gran comida o merienda popular, que cada año se traslada a uno de los cuatro enclaves situados en el valle del río Botijas.

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Con el verano en todo su fragor y la población del municipio duplicada por los hijos del pueblo que regresan a Cuevas, en agosto los vecinos celebran sus fiestas mayores en honor de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque.

Unos días antes celebran una semana cultural propia, en la que cientos de personas disfrutan de multitud de actividades, mientras esperan ansiosos la llegada de las fiestas patronales, en cuya programación destacan los juegos populares y tradicionales para los más pequeños, pero también los juegos autóctonos, como los bolos o el chito y los campeonatos deportivos o de juegos de mesa; y la música de las orquestas o las discotecas móviles.

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La tradición más popular se repite después de la misa, con la salida de la procesión que parte desde la iglesia con las imágenes de los santos adornadas con racimos de uvas. Tras recorrer varias calles acompañados por las jotas que los vecinos bailan al son de la dulzaina, la comitiva llega a la plaza, y es entonces cuando se cumple el rito de que los quintos intenten quitar los racimos de uvas a las imágenes.

Quintos en procesión

El papel de los quintos también es destacado durante la Semana Santa, cuando son ellos los encargados de sacar en procesión los estandartes y las imágenes de la Virgen y el Niño. Hace algunos años, los días grandes de aquellos que cumplían 18 años, tenían lugar durante la Navidad, cuando eran coronados. Ellos se encargaban de realizar un día de fiesta que concluía en torno a una gran hoguera, que también preparaban.

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Los vecinos de Cuevas celebran también el Patrocinio de María, cada año el fin de semana más próximo al 8 de noviembre, además de mantener tradiciones como la matanza y la vendimia.

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