S. G. ROJO
Domingo, 19 de junio 2011, 02:47
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La sociedad civil, y más concretamente la Asociación de Frontera Tod@vía, ha tomado las riendas de la recuperación de la vía férrea que una La Fuente de San Esteban, en la provincia de Salamanca, con Barca D'Alva, en Portugal. Desde el pasado mes de marzo, alrededor de cien voluntarios vienen realizando labores de acondicionamiento de esta vía, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2000 y dejada en el olvido desde hace 26 años, cuando se cerró al transporte de mercancías y de viajeros. La labor de Tod@vía ha sido la de «liberar de vegetación la caja de la vía durante casi 17 kilómetros, acondicionando varios pasos a nivel y el perfilado de trincheras para permitir la circulación de pequeños vehículos no ferroviarios», explica José Andrés Herrero, representante del colectivo.
El tramo en el que se ha actuado es el que va desde Lumbrales hasta La Fregeneda y es el que mayor problema planteó a los 8.000 hombres que participaron en esta obra de ingeniería que se inauguró en diciembre de 1887, pues tuvieron que sortear las dificultades orográficas con la construcción de 20 túneles y 13 viaductos metálicos.
La situación de abandono de la vía y de las estaciones que deja a su paso es total e incluso, el expolio ha sido una constante para los que buscan su negocio en maderas y raíles. «Creemos que la recuperación de esta línea es algo real y posible», asegura Herrero. «Esta iniciativa lo que pretende es la recuperación de este patrimonio de todos y su posterior reutilización turística y cultural para convertirse luego en un motor económico de primer orden», afirma.
A por el puente
A pesar de que este fin de semana concluyen las primeras labores de limpieza, este grupo es ambicioso en sus objetivos y su siguiente desafío será el acondicionamiento del puente sobre la ribera del Froya, un escollo importante con el que se van a encontrar. La acometida, para la que están buscando financiación, permitirá la reparación de este puente «a bajo coste».
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Después, vendrán las conversaciones con el Agente de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y con los diferentes organismos. «Se trata de buscar soluciones entre todos, nunca enfrentamientos», apunta Herrero. Las gentes de esta zona fronteriza, enclavada en el Parque Natural Arribes, apuestan por la vía como «fuente de vida» por tratarse de un recurso económico de primer orden.
Los planteamientos de Tod@vía son muy sólidos y mantienen que «el compromiso de mucha gente puede ser una solución». Su interés pasa por dar un tratamiento lúdico al patrimonio cultural y lo llevan a efecto cada vez que reúnen en torno a la vía artilugios como biclonetas, cicloraíl, trenpujo o McFlight, vehículos motorizados y ecológicos de los que disfrutan españoles y portugueses vinculados a la asociación, siempre y cuando el trazado lo permita.
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