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Los presidentes del Gobierno y de la Junta inauguraron las nuevas instalaciones en 2006. :: JULIÁN GARCÍA
EL IMPACTO DE LA CRISIS DE PUERTAS NORMA

El sustento de toda una comarca

La zona soriana de San Leonardo alza la voz contra los despidos que planea Puertas Norma

ISABEL G. VILLARROEL

Viernes, 10 de junio 2011, 12:04

Trabajadores, sindicatos, políticos, vecinos de municipios cercanos, e incluso comerciantes de la localidad soriana de San Leonardo de Yagüe, todos comparten el mismo sentimiento de impotencia ante la posibilidad de que la factoría más importante de la zona, Puertas Norma, despida a 286 personas, exactamente la mitad de la plantilla.

«Puertas Norma supone el sustento económico principal de muchos municipios y de las gentes que habitamos en ellos, todos tenemos familiares y amigos que trabajan en la empresa, o que lo hacen para empresas que dependen de Norma porque comercios, servicios, bares y restaurantes obtienen sus ingresos de las personas que trabajamos allí y todo está en peligro por la decisión caprichosa de unos accionistas sin escrúpulos». En estos términos se pronunciaban el pasado sábado los sindicatos durante la lectura del manifiesto en una concentración que reunió a más de un millar de personas. «Hemos dejado de ser personas con nombres, apellidos y experiencia para convertirnos en números».

Intuyen que la factoría acabará cerrando porque «un buen coche sin conductor no sirve para nada», dice el secretario del Ayuntamiento de San Leonardo, Carlos Lafuente. Él es uno de los miembros de la Corporación que, junto a sus homólogos de ayuntamientos limítrofes y, bajo la orden del alcalde de San Leonardo de Yagüe, ya se ha puesto a trabajar en la reindustrialización de la zona ante el posible desastre que se viene encima. Esperan que los fondos europeos solventen en gran medida la situación y ya plantean construir un nuevo polígono industrial. Jesús Elvira, alcalde del municipio y también trabajador de Norma, espera «que sea lo menos malo posible, y es que desde enero el mercado ha caído bruscamente».

Tendríamos que remontarnos a 1955 para hablar de la historia de Puertas Norma, unos tiempos en los que Bernardo Solanes vio la posibilidad de crear aquí una industria. El historiador soriano Carmelo Rubio narra que «antes, en San Leonardo había unos talleres de ventanas destinadas a las viviendas que se estaban construyendo en la región, talleres que estaban a cargo de militares». Años después de comenzar su andadura, Norma pasa a manos del hijo de Bernardo Solanes, debido a su muerte. «Con Ángel Solanes la marca llegó a representar todo un prestigio y una garantía del producto, e incluso la fábrica adquirió un reconocimiento mundial», recuerda excitado Carmelo Rubio.

Norma abrió sus puertas con un número limitado de empleados y fue creciendo de forma vertiginosa hasta llegar a tener más de 600 obreros. Pero lo que supuso este 'milagro' para San Leonardo fue el progreso. Puertas Norma ha atravesado a lo largo de su historia malos momentos, quizás no tan malos como los de ahora. No solo la Junta de Castilla y León -con Juan José Lucas al frente-, sino también la Caja de Ahorros de la Provincia de Soria (ahora Caja España-Duero) tuvieron que inyectar una importante suma de dinero para reflotarla. Según dicen los expertos, las crisis de la madera son cíclicas.

En el quincuagésimo aniversario de la constitución de Puertas Norma se inauguró la nueva fábrica, la nave que se venía utilizando se había quedado obsoleta y parte del tejado había sufrido un derrumbamiento por una fuerte nevada. Fue entonces, explica Carmelo Rubio, cuando se habló de «larga vida a Norma, al menos otros cincuenta años». Sin embargo, al caer en manos de la multinacional Jeld Wen rápidamente comenzaron los planes de ajuste. Tanto es así, que la empresa mantiene un expediente de regulación de empleo (ERE) sobre sus trabajadores desde el año pasado.

En sus inicios, las instalaciones producían básicamente puertas planas y sin acabados, utilizando modelos y tipos de maderas diferentes. Con el paso del tiempo, los productos evolucionaron hasta diversificarse en una extensa gama que incluye puertas plafón o con molduras, acorazadas, resistentes al fuego y rayos X, y también armarios y complementos.

Caras de desesperación

El más terrible de todos los sentimientos es el de tener la esperanza muerta, decía Federico García Lorca. Mientras gran parte de la comarca pinariega se echa a la calle a protestar por los despidos que puedan llegar, la otra gran parte no tiene expectativas de que pueda mejorar la situación. Solamente quienes habitan en San Leonardo y alrededores conocen y sienten lo que Puertas Norma significa para miles de vecinos.

Lola Miguel es la presidenta de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (AMPA) del colegio público María Eugenia Martínez del Campo y también trabaja en Norma. Reconoce que la situación es preocupante y el miedo se ha instalado en el colegio porque «la mayoría de los niños del cole vienen de familias de Puertas Norma». Ahora asisten 75 niños al comedor pero, ¿qué pasará el año que viene? «Bajará la cantidad de niños y también el número de empleados de aquí, ahora tenemos tres monitores, una cocinera y una ayudante de cocina, estos puestos podrían no ser necesarios el año que viene».

Ángel Peñaranda es el presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de San Leonardo de Yagüe. A ellos no les toca directamente el problema, pero sí a sus hijos y a sus nietos. Lamenta que «la cosa se está poniendo muy mal, la construcción está paralizada y no se venden puertas». Con tristeza recuerda Peñaranda lo potente que llegó a ser esta empresa.

El Club de Fútbol Norma-San Leonardo también se compone en su mayoría de trabajadores de la fábrica. Ya el año pasado la empresa redujo drásticamente el patrocinio y «probablemente lo retire del todo para la próxima temporada», explica el presidente del club, Goyo Encabo. Muchos jugadores podrían abandonar el equipo y la retirada de socios «dañará al club hasta el punto de que bajará de categoría, dejará la primera regional».

Desconfiar por experiencia

Consolación Carpio, directora del Instituto de San Leonardo de Yagüe, cuenta cómo «el mismo día en que se conoció la posibilidad de esos despidos masivos, muchos alumnos de Bachillerato se echaron a llorar en clase porque sus padres podrían quedarse sin empleo». También reconoce que Norma es el tema de conversación estrella, «donde vayas, tanto a la peluquería como a los bares, todos, los jóvenes y los mayores, hablan de ello».

Tampoco las asociaciones culturales de Pinares se mantienen al margen. Eugenio Rupérez, de 'La Caldereta', dice enfadado que «habrá que ver hasta dónde llegan los políticos que venían hace un par de semanas a pedir el voto aquí, porque se les llena la boca con cuestiones como Agenda 21, éxodo rural o deuda con Soria, pero en los momentos clave, desaparecen». Por otro lado, Rupérez asimila que los sorianos practican «una inercia bastante conformista», puesto que ya no tienen «confianza en las administraciones, después del olvido de años y años». Quizás esa sea una de las causas por las que las manifestaciones celebradas hasta el momento no han sido tan masivas como se esperaba.

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