Borrar
El Pescao y el Persa, durante la actuación. :: HENAR SASTRE
CRÍTICA DE FLAMENCO

De tierra adentro

ALFREDO J. GÓMEZ

Sábado, 19 de marzo 2011, 01:16

Después de la primera experiencia con Canela de San Roque, roto al tercer cante, los organizadores del ciclo 'Flamenco al oído' decidieron incorporar un micrófono y un pequeño equipo de amplificación de sonido en la actuación de Enrique Lozano para no forzar hasta quebrar la voz del cantaor. Sin embargo, el Pescao demostró que perfectamente hubiera podido cantar a palo seco. Después de hacer once de los trece cantes que ofreció en hora y media de ininterrumpido flamenco, el cantaor palentino se salió del micrófono para rematar a pelo unas seguiriyas escalofriantes en las que recordó a su gran ídolo, Camarón.

El cante de tierra adentro que propuso Enrique Lozano alcanzó momento gloriosos. Como los más grandes maestros del género, empezó y terminó por soleá, hizo un recorrido amplio y generoso por todos los palos básicos del flamenco, rindió homenaje a los cantaores gitanos a los que admira, se permitió alguna que otra licencia para cantar por rumbas a La Negra, recordar a Lole y Manuel y su canción de 'La mariposa blanca' y también se acordó del gran Manolo Caracol, al mezclar las letras de Quintero, León y Quiroga con las zambras 'La niña de fuego', 'La salvaora' y el 'Romance gitano de Juan de Osuna'.

El Pescao demostró estar en plena madurez como artista y rebosante de facultades. Además es un profesional hasta la médula que canta exactamente igual ante ocho personas, como hizo en Las Artes de Simancas, que ante 40 en la sala del Zorrilla o ante 1.000 en el Calderón.

Soleá, tarantos y tientos completaron la primera terna de cantes profundos en los que hizo las letras que cantaba Camarón, aunque sin imitar al gran dios gitano del flamenco.

Malagueñas, rematadas por verdiales, tangos, alegrías, los fandangos del Gloria y una granaína completaron una actuación que acabó en los mejores registros. Enrique Lozano demostró que el flamenco es rojo de pasión, corazón y sentimiento. Como dice Manuel Molina, el flamenco es rojo como el clavel, rojo como los labios de quien yo sé.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla De tierra adentro

De tierra adentro