
SUSANA ESCRIBANO
Lunes, 28 de febrero 2011, 09:53
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Cuando fue designado candidato a la Junta, un 27 de febrero de hace diez años, era un desconocido para los ajenos a la primera línea de la política autonómica, o sea, la mayoría de los ciudadanos de Castilla y León. Portavoz del PP en las Cortes, ese día muchos pusieron cara a Juan Vicente Herrera Campo (Burgos, 1956). Juan José Lucas se iba a Madrid, por fin de ministro, y el procurador burgalés era el elegido para relevarle en los dos años que quedaban hasta las elecciones de 2003, pese a que había dos vicepresidentes en la Junta. Los que pensaron que Herrera era un candidato provisional, se equivocaron. A la vista está. Ganó las autonómicas de 2003 y de 2007 y se presenta a las de 2011 con una diferencia sobre el PSOE de 15 escaños (48 a 33). Y ha vencido en las urnas aumentando el techo de votos del PP, en parte adelantando a la oposición del PSOE por su terreno natural, haciendo bandera de los servicios sociales y apoyando buena parte de sus decisiones, incluidas aquellas más expuestas, en acuerdos con los sindicatos de clase CC OO y UGT.
El Diálogo Social, la apuesta por la familia como institución de referencia y la lucha por ganar población han capitalizado, unas veces con más fortuna que otras, un decenio herreriano en el que ha habido una reforma estatutaria para aumentar la cuota de autogobierno de Castilla y León, el proyecto de una gran caja autonómica ha tenido que rebajar sus aspiraciones, ha menguado la llegada de fondos europeos al superar la renta por habitante de la región el 75% de la renta media de la UE y ha lidiado con dos presidentes de la nación: José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.
Diálogo social
El pacto con empresarios y sindicatos como seña
Para empleo, formación, mayores, igualdad, asistencia social, conciliación, violencia machista, vivienda, infraestructuras... el Diálogo Social es el paso previo a la puesta en marcha de cualquier medida de calado en la Junta. Herrera inició su mandato hace diez años con una llamada al diálogo político y al social y la firma casi inmediata (en mayo) de un Plan de Empleo. Este diálogo social, la búsqueda del acuerdo con sindicatos y empresarios, se ha convertido en seña de identidad de la comunidad. Los acuerdos con UGT y CC OO le han servido al Gobierno autonómico para desactivar las críticas de los socialistas a sus políticas. Herrera ha buscado y conseguido el apoyo de organizaciones vinculadas a la izquierda en terreno tradicionalmente ligado a la izquierda. En palabras del popular: «Las políticas sociales no son exclusiva de quien presume de carné colorado». En los agentes sociales, sobre todo en los sindicatos, se ha apoyado Herrera para reclamar infraestructuras pendientes a José Luis Rodríguez Zapatero.
Apoyo a la familia
La apuesta por una consejería propia
Herrera incluyó en su Gobierno una Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades tras ganar las elecciones de 2003. La actual alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, fue la encargada de construir un departamento exclusivo, equiparable a Fomento, Educación o Economía, prácticamente de la nada. Prácticamente, porque recogió la gestión de los servicios sociales vinculados hasta entonces a Sanidad. Leyes como la de Igualdad, de Apoyo a la Familia o de Lucha contra la Violencia de Género salieron adelante en las Cortes y se pusieron en marcha ayudas directas por nacimiento de hijo, excedencia, reducción de jornada, adopción o paternidad que la crisis y los apuros presupuestarios se han llevado este año por delante en su mayor parte bajo un sucedáneo de desgravaciones fiscales que se cobrarán con más retraso y, previsiblemente, con menos beneficiarios. La consejería de la conciliación ha incrementado el número de plazas de 0 a 3 años por todo el territorio, aunque en el camino se quedaron medidas estrella como la de las madres cuidadoras en el medio rural.
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Lucha contra la despoblación
La región ganó vecinos, pero menos que la media
Una de las primeras medidas de Herrera en 2001 fue plantear en las Cortes una Comisión contra la Despoblación. Supuso reconocer cuál era el primer problema de la comunidad. De ella surgió una estrategia consensuada con el PSOE que no dio los resultados esperados. La oposición lo achacó a una mala aplicación. La Junta reconoció su efecto positivo, pero insuficiente. Castilla y León dejó de perder población a principios de este siglo. El padrón de 2000 contaba 2.479.118 vecinos. El de 2009, 2.563.521. Ganó residentes, pero por debajo de la media española. En 2010 volvió a perder. El último recuento oficial sitúa la población de la comunidad en 2.559.515 personas. Con los resultados de la Estrategia contra la Despoblación sobre la mesa, el Gobierno de Herrera sacó del horno hace menos de un año, sin el apoyo del PSOE en esta ocasión, una Agenda para la Población para intentar recuperar pulso demográfico.
Empleo
La crisis: del pleno empleo a los 204.000 parados
La población ha sido el primer problema en solitario de Castilla y León en el decenio herreriano hasta que el paro empezó a dispararse. Los desempleados registrados en la comunidad superan la barrera de los 204.000. En febrero de 2001 eran casi la mitad: 106.241 y hace apenas cuatro años se rozaba un pleno empleo que era casi un hecho entre los hombres. Desde que empezó la crisis, el paro ha crecido en la región el 129%. Herrera estrenó su despacho con la firma de un plan de empleo consensuado con empresarios y sindicatos y acaba de rubricar hace unas semanas otro similar. Entre los hitos de este clima de concertación social, destaca la puesta en marcha de una ayuda de 421 euros para los desempleados sin paro, que luego copió el Gobierno central.
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Autogobierno
Gestiona la Sanidad, pero no la Justicia ni el Duero
Juan Vicente Herrera asumió la gestión de uno de los servicios públicos más sensibles para los ciudadanos: la sanidad. El Insalud se convirtió en Sacyl en 2002. En cifras gruesas, casi dos millones y medio de pacientes y 21 hospitales (siete eran de la Junta) para atenderles. El gasto del Insalud para la comunidad en 2001, con gobierno de José María Aznar, fue de 1.704 millones de euros. El presupuesto de la Consejería de Sanidad para 2011 asciende a 3.431. Y casi con la llegada de Herrera al Colegio de la Asunción se abrió la negociación del traspaso de los medios de la Justicia. En septiembre de 2004 se creó la Gerencia de Justicia para agilizar la transferencia y en ello está todavía. El poco apetito competencial que provocan los juzgados contrasta con la sed de gestión que la Junta demuestra por el Duero. La cuenca que dibuja el mapa de Castilla y León ha sido en estos años la reivindicación de autogobierno de Herrera. Primero, para incluir el Duero, por fin, como competencia transferible en la reforma del Estatuto de Autonomía de noviembre de 2007. Desde entonces, intentando que se haga efectivo ese traspaso a Castilla y León. La negociación no se ha abierto. El Gobierno central no lo hará hasta que el Constitucional se pronuncie sobre la legalidad del traspaso del Guadalquivir a Andalucía.
Cajas de ahorro
Tras la consecución del «músculo financiero»
Herrera empezó hablando de cajas con Ángel Villalba y logró cerrar un acuerdo de comunidad con Óscar López. El objetivo: lograr un «músculo financiero» uniendo el potencial de las seis cajas de la comunidad, que se nutren del ahorro de los castellanos y leoneses para reforzar el tejido financiero y empresarial de Castilla y León. Por el camino se quedaron las cuatro cajas pequeñas, que han buscado aliados fuera de la región. Las de Segovia, Ávila (con mayoría de cargos del PP en sus consejos) y Burgos no quisieron saber nada de la gran caja de Castilla y León, formada ahora por Caja Duero y Caja España.
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Sentimiento de comunidad
Retorno a Villalar y reforma del Estatuto
Juan Vicente Herrera inició la sutura de la herida que sus antecesores en el despacho oficial abrieron con la fiesta popular de Villalar de los Comuneros. En 2001 acudieron a la campa dirigentes del PP de Valladolid. El presidente de la Junta lo hizo el 23 de abril de 2002. Desde entonces ha cumplido con la visita a la campa comunera. La comunidad ha visto cómo se reformaba un Estatuto de Autonomía en el que se han hecho guiños a León, se ha 'reforzado' el mapa autonómico para cerrar el paso a las reivindicaciones territoriales sobre Treviño y se ha incluido la aspiración sobre el Duero (que se había mutilado en Madrid en la anterior reforma de la que Herrera fue redactor), además de dotar a los ciudadanos de una carta de derechos. Entre los más destacados: la Renta Garantizada de Ciudadanía que compromete unos recursos mínimos a las personas en riesgo de exclusión y que ha aumentado los supuestos y las cantidades que hasta ahora contemplaba el Ingreso Mínimo de Inserción. Desdehace siete semanas se reciben solicitudes. 5.200 hasta el momento. La Junta negoció la puesta en marcha de la Renta también con empresarios y sindicatos.
Cortes
El presidente contesta en el Parlamento
Cocinero antes que fraile o portavoz parlamentario antes que presidente de Gobierno, la llegada de Juan Vicente Herrera a la Junta elevó a la categoría de noticia lo que hoy pasa desapercibido por habitual. El máximo responsable de la Junta se sometía cada pleno de las Cortes a dos preguntas de control de los portavoces de la oposición. Lo hizo a iniciativa propia. Luego, tras la reforma del Reglamento de las Cortes después de ocho años de negociación, la práctica se incluyó en el articulado como obligatoria. La etapa de Herrera al frente del Gobierno de Castilla y León ha sido también la del impulso a la construcción de la sede de las Cortes y el traslado del parlamento autonómico desde el castillo de Fuensaldaña (donde estuvo de forma provisional durante 23 años) a Valladolid.
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Europa
El fin del Objetivo 1 y la apertura hacia el exterior
Europa le ha dado al presidente de la Junta satisfacciones y algún disgusto. Castilla y León superó la barrera del 75% de renta media de la UE y dejó de ser región Objetivo 1 y de recibir la millonada de fondos europeos que eso conllevaba. El primer intento de Juan Vicente Herrera por hacerse un hueco en las instituciones europeas acabó en traspiés, al verse obligado a retirar su candidatura a vicepresidente del Comité de las Regiones en 2002. El tiempo y el trabajo, con una legislatura volcada en Acción Exterior en las relaciones con Bruselas y Portugal, han enmendado aquel entuerto. Valladolid acogió hace ahora un año la reunión de un plenario del Comité de las Regiones, del que Herrera ya es vicepresidente. En terreno europeo se libra ahora la batalla de la Política Agraria Comunitaria (PAC). En juego están 924 millones de euros. Pero eso excede al decenio herreriano y será, si cabe, asunto de otra etapa.
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