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ECONOMÍA

El caso de 'Superlópez'

PPLL

Viernes, 4 de febrero 2011, 01:26

A los tribunales también llevaría General Motors al ingeniero y ejecutivo español José Ignacio López de Arriortúa. En 1980 es contratado por General Motors para su planta de Figueruelas, en Zaragoza. Su planificación frente a los proveedores y su racionalización de los sistemas de producción supone una verdadera revolución en la empresa, que extiende sus sistema a todas las plantas de Europa y luego a las del resto del mundo. En marzo de 1992, nombrado jefe mundial de compras del gigante americano, el ingeniero vasco se convirtió en una pieza clave de GM. Las fórmulas de 'Superlópez' remueven el tejido industrial mundial. En tan solo seis meses el ahorro que logró en la factura de los proveedores silenció las reticencias que había levantado cuando tomó posesión de su cargo.

En uno de sus viajes a Alemania, el centro de Opel en Europa, tiene una discreta cita en el hotel Sheraton del aeropuerto de Fráncfort . Su interlocutor es Ferdinand Piëch, el presidente de Audi, que preparaba su proyecto como futuro presidente de Volkswagen. Nadie pensaba que 'Superlópez' pudiera dejar su puesto en General Motors, pero había varios factores que facilitaron el trabajo de Piëch. Por un lado de índole personal; su mujer prefería volver a vivir en Alemania que en Estados Unidos donde no se adaptaba nada bien.

Pero la chispa estalla cuando se anuncia que GM construirá una planta modelo en un país del este de Europa. En realidad esa planta era el sueño de José Ignacio López de Arriortúa, que tenía la promesa por parte de Jack Smith, el presidente de GM y la persona que lo había llevado a hasta su despacho en Detroit, de que sería instalada en el País Vasco, en su pueblo natal de Amorebieta. 'Superlópez', furioso por lo que consideró un engaño, decide irse a Volkswagen.

El presidente de General Motors y varios vicepresidentes hacen lo imposible para que se quede y por fin logran que reconsidere su postura. López de Arriortúa pide disculpas a Piëch con el que llega a un acuerdo; aplazar un año la incorporación. Parece que la calma había vuelto hasta que le presentan al ingeniero vasco un contrato por cinco años en GM. Se siente presionado, coge el avión y se va con su mujer a Alemania, tras presentar su irrevocable dimisión. Su sucesor registra de inmediato su despacho en busca de la documentación confidencial que manejaba López de Arriortúa y descubre que faltan documentos. El ingeniero español y su equipo, que le había acompañado desde Detroit, empiezan a aplicar sus sistemas en Volkswagen. General Motors interpone una demanda por espionaje industrial ante la Fiscalía de Darmstadt, después de que se solicitara por escrito a Arriortúa para que devolviera los documentos desaparecidos. Después de tres años en los tribunales, General Motors y el Grupo Volkswagen llegaron a un acuerdo y 'Superlópez' fue obligado a dimitir.

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