El centro comercial Rondilla abrió con 51 tiendas en septiembre de 1988

Doscientos millones de pesetas costó la edificación del flamante centro comercial Rondilla en julio de 1987. Poco más de un año después, en septiembre, abría sus puertas con una oferta por aquel entonces novedosa que no tenía más competencia que Galería Preciados y Continente y otras pequeñas galerías comerciales diseminadas por el centro -Duque de la Victoria, Marquesina, Zorrilla, Gutiérrez...-. La finalización de los trabajos, prevista para mayo de 1988, según rezaba la publicidad que insertaron durante un año en EL NORTE, al final se retrasó cuatro meses.

El futuro Pryca de Barrio España, el más cercano, aún era un proyecto y el consejero delegado del centro, Pedro García del Pozo, reconocía que debía ser una competencia directa. «Este centro está hecho para un barrio y Pryca está montado para Valladolid y la zona norte», explicaba a este diario el 14 de agosto de 1988, cuando las obras estaban casi finalizadas y ya estaban vendidos el 70% de los 51 locales comerciales diseminados sobre una superficie de 1.600 metros cuadrados útiles. Era el primer gran centro comercial de pequeñas tiendas de la ciudad y estaba edificado en una zona en expansión pegaba al Seminario y al Pisuerga -el centro cívico aún no existía-. Su construcción, que imitaba «el estilo neoclásico con «grandes arcadas de piedra» ocultaban un jardín interior plagado también de tiendas.

Los comercios iban a dedicarse a los sectores de la alimentación, hostelería, calzado, ropa, joyería..., duplicando casi la oferta del entonces segundo barrio más grande de la ciudad -solo superado por Delicias y ahora también por Parquesol-. La plaza estaba llamada a denominarse de Rondilla, aunque al final tomó la denominación de calle Alberto Fernández, en honor al afamado ciclista -firmó podios en la Vuelta y el Giro- cántabro fallecido en un accidente de tráfico en 1984.

El centro comercial, 22 años después, es casi una superficie fantasma con apenas el 25% de sus locales abiertos a sus escasos clientes.