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VÍCTOR BORDA
Domingo, 21 de noviembre 2010, 11:10
Veinticinco años no es nada asegura la canción y, visto lo visto, debe ser así si nos ceñimos al polideportivo Pisuerga, que el mes pasado cumplió el cuarto de siglo. En concreto, esta instalación municipal fue inaugurada el 10 de octubre de 1985 con motivo de la celebración en ella del XII Campeonato Mundial de Gimnasia Rítmica. Casi con los últimos retoques en marcha abría sus puertas, sin duda, unas de las instalaciones más representativas de la ciudad.
Aunque se identifica con el CB Valladolid, equipo que lo ocupó tras abandonar Huerta del Rey, en su cancha se han celebrado eventos deportivos y musicales de primer nivel. Dos Copas del Rey de baloncesto, un 'All Star' de la ACB, una Supercopa de Europa de balonmano, encuentros de la Liga Mundial de voleibol, partidos de algunas de las mejores raquetas españolas... La lista es inacabable, mucho más si se cuentan el gran número de conciertos y actividades infantiles que ha acogido la instalación.
Ya hemos mencionado que los inicios no fueron fáciles. El 10 de octubre de 1985 arrancó un Mundial de gimnasia rítmica a la par que se daban los últimos martillazos y retoques. 'España es asín' que diría el castizo. Sin embargo, la cita mundialista fue un éxito y abrió el camino a 25 años de plena actividad.
De todas las maneras, su construcción ya estuvo rodeada de polémica. Hubo que incrementar el presupuesto en 250 millones de pesetas (1,5 millones de euros) por el aumento del precio de la obra, que se sumaban a los 200 millones previstos inicialmente (1,2 millones de euros). Al final, el precio del polideportivo rondó los 650 millones de pesetas (3,9 millones de euros).
Incluso el Grupo Popular, entonces en la oposición municipal, relacionó unas supuestas irregularidades con el entonces alcalde, Tomás Rodríguez Bolaños y su equipo. Los populares aseguraban que un alto cargo de la constructora era cuñado del primer edil. Una génesis algo complicadilla.
José Luis Alonso Pestaña ostentaba por entonces el cargo de concejal de Deportes. Reconoce que fue una carrera contra el reloj para que el polideportivo estuviese acabado para el Mundial de gimnasia rítmica. El estrés y la tensión eran enormes. A él le pasó factura y su salud se resintió. Sufrió un infarto en el año 1984. «Mereció la pena», reconoce el ex edil socialista mientras posa junto a la instalación.
En el solar donde hoy se encuentra el pabellón se levantaban los restos de un parque sindical que quedó a medio construir. Las obras se paralizaron definitivamente en 1977 y solo quedaron los vestigios de un recinto deportivo y de ocio que nunca se iba a concluir.
En abril de 1984 se da el primer paso para la construcción del Pisuerga. Se nombró al equipo redactor del proyecto. La obra quedaba adjudicada en octubre. Había un año por delante para levantar el polideportivo y llegar a la cita mundialista. Pero los problemas se interpusieron en el camino.
Alonso Pestaña recuerda con horror los problemas de cimentación que se detectaron en el momento de arrancar la obra. Hubo que encargar un estudio geotécnico. Detectó errores de bulto que obligaron a cambiar el proyecto sobre la marcha. «Hubo que reforzar la cimentación con más de 100 pilotes, pues era la única forma de evitar que las filtraciones de agua pusiesen en peligro el polideportivo», asegura.
«El Mundial fue un auténtico éxito», reconoce el ex concejal vallisoletano con orgullo. «Estuvo Juan Antonio Samaranch y nos felicitó por el campeonato. El Gobierno de España concedió la encomienda de Isabel la Católica por la excelente organización. Me quedo con la sintonía que hubo entre todos los grupos políticos para sacar adelante el proyecto. El mundo del deporte de Valladolid se volcó».
Alonso Pestaña no olvida como los transformadores del Pisuerga se quemaron el día antes de la inauguración. No había electricidad en el recinto. Menos mal que Iberdrola resolvió el entuerto.
Carreras
Otra de las personas que vivió en primera persona el alumbramiento de la instalación fue África Lesmes, actualmente responsable del Centro de Eventos. Recuerda las carreras que hubo para llegar al día 10 de octubre, inicio del campeonato. Ella se ocupó de organizar la ceremonia de inauguración. Como había una contrarreloj en marcha para acabar las obras, el ensayo de la ceremonia se hizo en Huerta del Rey. Pese a ese problemilla, la inauguración fue todo un éxito.
La capacidad actual ronda los 6.100 espectadores. Ahora hay asientos en vez de los bancos corridos. El novedosos sistema de gradas móviles era un incordio. Si jugaba el baloncesto, en sacarlas se tardaba entre 16 y 18 horas. Una locura, pero había que estar casi un día montando las gradas para la desesperación del entonces entrenador del CB Valladolid, Mario Pesquera. Las gradas se quedaban encalladas en los raíles para fastidio del personal. Menos mal que el calvario no duró mucho. Se consiguió destinar una partida para motorizar el proceso. Ahora entre hora y media y dos horas se consigue sacar las dichosas gradas.
Las ventajas que trajo la irrupción de este nuevo polideportivo fueron importantes. La más destacada, según reconoce África Lesmes, fue «las posibilidades que ofrece contar con una serie de salas auxiliares que permiten un sinfín de variantes a la hora de la organización de eventos y campeonatos».
Anécdotas en 25 años ha habido mil y un ciento. La responsable del Pisuerga recuerda una especialmente. «Era la época en la que había cierta psicosis por las bombas. Había una competición y llegó Protección Civil diciendo que había un explosivo en el recinto. Momentos de tensión hasta que se comprobó que la mochila pertenecía a un voluntario», explica.
Nunca ha sido fácil mantener la sintonía entre los clubes y los particulares que participan en las diferentes actividades que promueve la Fundación Municipal de Deportes. África Lesmes recuerda que el más picajoso era el entrenador de baloncesto Javier Imbroda. Siempre estaba protestando. «Imbroda se quejaba de que las mujeres que participaban en algunas actividades se quedaban mirando los entrenamientos del equipo. Al final es un problema de saber cómo compaginar los intereses de todos. Ahora, como el equipo de baloncesto tiene una pista montada en el frontón, existen menos problemas», explica.
En estos años, África Lesmes cree que no habrá habido más de 25 llenos, 25 días en los que la instalación se ha quedado pequeña. «Recuerdo llenazos con el concierto de Manolo García, varias actividades para niños, o una Copa del Rey de baloncesto. No muchos más».
«Sigue siendo la instalación estrella de Valladolid», asegura la responsable de eventos de la FMD pese al paso de los años. Y es que, como dice la canción, 25 años no son nada.
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