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Los operarios del Servicio de Limpieza retiran basuras del número 8 de la calle General Shelly de madrugada. :: EL NORTE
Salud Pública visitó 33 casas en lo que va de año por acumulación de basuras
SÍNDROME DE DIÓGENES

Salud Pública visitó 33 casas en lo que va de año por acumulación de basuras

El juez autoriza la limpieza del piso de Delicias donde se encontró un cadáver, sin que nadie haya reclamado su cuerpo

J. SANZ

Jueves, 4 de noviembre 2010, 22:29

El caso del hombre de 62 años que murió entre toneladas de basura en su vivienda de la calle General Shelly es excepcional en cuanto a su trágico final pero es relativamente habitual para los servicios municipales de Salud Pública. Esta sección tramitó nada menos que 33 expedientes similares en lo que va de año a raíz de las denuncias por malos olores presentadas por los vecinos. Teófilo Pita, la última víctima, no figuraba ni en los archivos de la Concejalía de Medio Ambiente ni en los de Acción Social al no constar denuncias previas por parte de los residentes.

Lo sorprendente es que muchos inquilinos del bloque en el que vivía reconocen que sí le vieron acarrear bolsas de basura, en su mayoría con libros y folletos, en los últimos dos meses. «Sí que le vimos, pero lo cierto es que no notamos malos olores hasta que vimos salir los gusanos por debajo de la puerta el martes por la tarde», justificaban ayer. El cuerpo del vecino del tercero E estaba allí rodeado por las toneladas de basura que había acumulado. La autopsia confirmó ayer que la víctima murió por causas naturales hace más de una semana.

La misma soledad que rodeó a Teófilo Pita en vida le persigue ahora después de muerto. Su cadáver permanece en las cámaras del Instituto de Medicina Legal de la calle Real de Burgos sin que sus familiares lo hubieran reclamado al cierre de esta edición. La vivienda que se convirtió en su tumba continuaba ayer repleta de desperdicios después de que los operarios del Servicio de Limpieza retiraran durante la noche anterior más de dos camiones de basura. Los trabajadores limpiaron y desinfectaron las zonas comunes y el ascensor, aunque no pudieron mitigar el «olor asqueroso» que aún inunda todo el inmueble.

Sin familiares cercanos

La ausencia de familiares impidió ayer continuar con las tareas de limpieza -es necesario un permiso para acceder a la casa- y la propia concejalía solicitó de urgencia al juez encargado de instruir el caso, que se cerrara en breve ante la ausencia de indicios de criminalidad, que dictara una orden de entrada.

El titular del Juzgado de Instrucción número 2 así lo hizo a primera hora de la tarde y los operarios acudirán hoy mismo por la mañana a «eliminar este foco de insalubridad para evitar que la situación vaya a más», anticipa el concejal de Medio Ambiente, Jesús Enríquez.

Para ello tendrán que desplegar un importante grupo de operarios y camiones para despejar una vivienda en la que la basura llegó a colapsar el pasillo y a bloquear la puerta de entrada impidiendo así a su inquilino salir a pedir auxilio. Hasta dos metros de altura alcanzaba la torre de bolsas que la víctima apiló en los últimos meses en cada rincón de su domicilio, en el que vivía solo sin que recibiera visitas desde su llegada hace 12 años.

Sus vecinos no salían de su asombro aún ayer después de comprobar que la casa continuaba repleta de desperdicios. «Es increíble porque pensábamos que lo habían quitado todo por la noche», afirmaron.

Pero la operación de limpieza que tendrá lugar hoy es solo una más en una ciudad en la que se han tramitado nada menos que 58 expedientes similares en los últimos dos años -25 en 2009 y 33 en 2010- por acumulación de basuras en domicilios con inquilinos con síndrome de Diógenes. «La mayoría están resueltos, pero cuando los residentes no colaboran se inicia un expediente administrativo hasta conseguir una orden judicial para entrar a limpiar y eliminar ese foco insalubre», resumen fuentes de Salud Pública.

El concejal insiste en que esta vez no tenían «denuncias ni quejas siquiera por males olores presentadas por los vecinos del número 8 de la calle General Shelly».

Dos años de tramitaciones

El problema es que esos trámites pueden llegar a prolongarse durante dos años. «Los casos se pasan también a Acción Social, pero solo podemos actuar si colabora la persona», añaden las mismas fuentes. Es lo que ocurrió en mayo en el número 10 de la calle Corpus Christi, donde vive una mujer -y allí sigue- que lleva años almacenando basura. Tres toneladas retiraron entonces los operarios municipales después de años de denuncias.

Otro episodio similar se vivió en febrero en la calle Arca Real, aunque allí lo que acumulaba otra mujer eran animales -hasta trece entre perros, gatos, pájaros y tortugas-. La Policía Local se llevó los bichos ante las denuncias de los vecinos por los malos olores que causaban al estar hacinados en un piso que de solo 58 metros cuadrados.

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