Taberna: «He huido del discurso panfletario»

S erena. Sin embargo, sus ojos estaban vidriosos y, aunque con templanza, la emoción que sigue candente en su interior salía a la superficie tímidamente. Asun Casasola, madre de Nagore Laffage, asesinada en Pamplona en los sanfermines de 2008, vino ayer a Valladolid a presentar junto a su directora, Helena Taberna ('La buena nueva', 2007), el documental 'Nagore'.

Cuando Asun y Helena supieron ayer que el Tribunal Supremo va a revisar el 25 de noviembre -curiosamente el día mundial contra la violencia machista- la sentencia que considera homicidio en vez de asesinato el crimen contra Nagore sintieron una gran satisfacción. «Creo firmemente que se va a hacer justicia», asegura con esperanza Casasola.

La muerte de Nagore no dejó indiferente nadie. Tampoco a Taberna, que reconoce que le «conmovió muchísimo». Experimentada en plasmar los problemas de la sociedad, como el del terrorismo en 'Yoyes' (1999) y el de la inmigración con 'Extranjeras' (2002), esta vez la directora navarra optó por trabajar el tema de la violencia de 'género'. «He huido del discurso panfletario y de las buenas intenciones. No he hecho una película para agradar a Asun y su familia, sino siguiendo un rigor ético», asevera Taberna.

Es difícil tratar temas espinosos, y más cuando se tratan de sucesos recientes. No obstante, Helena Taberna quiso dar voz a un suceso que, como tantos otros, se hubiese perdido en el olvido.

Aunque es duro para un madre perder a su hija de forma injusta, Asun Casasola tuvo la fuerza para alzar la voz. «Empujando el lema de 'justicia por Nagore', ella fue capaz de que por primera vez se uniese el pueblo al apoyo institucional», explica la cineasta.

Ambas coinciden: el sistema del jurado popular no funciona. «Yo creo en el jurado popular y es un avance social, pero se debe empezar por cosas pequeñas», defiende Taberna, que cree que un jurado de esas características no tiene la formación suficiente para determinar una sentencia que requiere unos conocimientos amplios y específicos.

Pero a pesar de que no consigan cambiar el sistema judicial, el mero hecho de mantener viva la memoria de Nagore es suficiente para ellas. La hija de Asun murió con solo 20 años en manos de José Diego Yllanes, pero con este documental podrá ser conocida por todos. «Yo quiero que esta película diga a todos que Nagore existió y que vivió. Deseo que se haga una reflexión sobre los valores que los padres estamos dando a nuestro hijos. Con eso me vale», afirma Casasola.

La lucha continuará mientras siga habiendo violencia entre la gente, pero documentales como 'Nagore' ayudan a conocer la realidad. «Quiero que el mundo sea más hermoso», dice con una sonrisa Helena Taberna.