La hipérbole de la vida misma

Los niños a veces se comportan como adultos y los adultos a menudo son más infantiles que sus vástagos. Pero, en este caso, 'La Mosquitera' solo muestra a unos personajes totalmente desquiciados y perdidos, incapaces de verse en le espejo y afrontar la realidad que parece derrumbarse en cada minuto de existencia. Agustí Vilá ofrece en su segundo largometraje de ficción -el primero fue 'Un banco en el parque', de 1999- una visión desgarradora, cómica, surrealista, perturbadora de lo que pueden llegar a ser las relaciones humanas en un mundo que sigue dando vueltas a costa de crear una comedia negra de sí mismo.

«La película -que presenta la vida de una familia acomodada en la que impera la incomunicación- se basa en la imposibilidad de la tragedia, ya que los personajes se niegan a desembocar en drama», declaró Vilá en la rueda de prensa que tuvo lugar ayer en el Calderón, a la que también acudieron los actores participantes en el filme, Emma Suárez, Eduard Fernández y Anna Ycobalzeta y el productor Luis Miñarro.

En esta tragicomedia, donde se pasa en cuestión de minutos de los diálogos más hilarantes a los dramáticos momentos que subyacen en toda la historia, los animales son el único elemento puro y terrenal. Gatos y cinco, seis, siete perros -los personajes pierden la cuenta- parecen la clave escondida a los problemas de los personajes. En su mundo instintivo e irracional, viven de forma auténtica, sin ser ajenos al dolor y «teniendo todo mucho más claro que sus dueños», afirma Miñarro.

Emma Suárez, que reconoce haberse enfrentado a uno de los papeles más difíciles de su vida y que tuvo que aprender catalán para rodar la cinta, destaca el límite de la tragedia en la que viven los personajes. El suyo, Alicia, madre superprotectora con su hijo al que intenta aislar del mundo exterior dejándole coleccionar mascotas, «vive al borde de la locura y el suicidio intentando hacerlo todo llevadero». Y es ese mundo exterior al que hace referencia el título de la obra. Tal y como explica Vilá, la mosquitera es «una metáfora de esa protección neurótica de los personajes, que están obsesionados con los pequeños peligros sin prestar atención a los auténticos», frente a los que no encuentran protección ni son capaces de dar la cara. 'La mosquitera', a modo de hipérbole cómica que «puede irritar», reconoce Miñarro, esconde mucho más de lo que muestra