Gekko vuelve a Wall Street

La crisis económica se ha tratado en alguna que otra película, aunque sea como problema de fondo, pero no hemos visto un filme que la aborde desde la perspectiva de los brokers y los magnates de la Bolsa. Hasta ahora, ya que Oliver Stone se ha sacado de la manga una oportuna y oportunista secuela de uno de sus éxitos de los años 80. El irregular cineasta, que últimamente alterna cintas de ficción con documentales sobre regímenes comunistas, vuelve a analizar el capitalismo en la segunda parte de 'Wall Street' subtitulada con una de las frases célebres de la primera película: 'El dinero nunca duerme'. El filme cuenta con un reparto de lujo que incluye a actores en alza como Shia LaBeouf o Carey Mulligan -la protagonista de 'An education'- y a valores seguros como Frank Langella, Josh Brolin o Susan Sarandon en papeles secundarios.

El principal activo del filme sigue siendo, sin embargo, Michael Douglas, que vuelve a interpretar al manipulador Gordon Gekko. Consciente de la popularidad del personaje, que le valió un Oscar, Stone ha decidido centrar la película en torno al especulador, un individuo tan carismático como indeseable, defensor de máximas tan vitriólicas como «si quieres amigos, cómprate un perro». La trama se centra en torno a sus conflictos familiares, algo que no terminó de convencer a los que la vieron en Cannes. La historia se desarrolla 23 años después de la primera entrega, en los albores de la actual crisis financiera.

Arranca con Gordon Gekko saliendo de prisión tras cumplir condena durante ocho años por fraude y blanqueo de dinero. Nadie va a recogerle, ni siquiera su hija Winnie (Carey Mulligan), que ha dejado de hablarle. La joven mantiene una relación con Jake Moore (LaBeouf), un corredor de bolsa.

Cuando la empresa para la que trabaja se va a pique y es adquirida por un banquero rival, el muchacho acude a una conferencia de Gekko, que se presta a asesorarle sobre sus problemas a cambio de que le ayude a recuperar la relación con su hija.

Aplicarse el cuento

«Cuando trates de dinero, controla tus emociones», sentenciaba Gekko en la película de 1987. Ahora veremos si él se aplica el cuento. «En torno a 2008, la existencia de un Gordon Gekko ya no era posible», explica Stone. «Ese tipo de pirata había desaparecido, reemplazado por un tipo de instituciones que tiempo atrás disponían de regulación».

El personaje que hizo famosa la máxima «la codicia es buena» considera ahora que la codicia no solo es buena, sino que también es legal. Curiosamente la película cuenta en su reparto con el actor que más beneficios genera por cada dólar invertido, según la revista 'Forbes', Shia LaBeouf. «He estado haciendo películas de género fantástico durante un tiempo. Quería algo con más carne, y Oliver Stone hace películas con mucha carne», explica el actor de 'Transformers' que ha iniciado una relación con Carey Mulligan a raíz del rodaje.