El solomillo que llegó de Irún

Cuando el dopaje forma parte del menú hay que hablar del cocinero. De Paco Olalla, que regenta un asador en Aranda de Duero y que durante el Tour se dedicó a su afición: cocinar para ciclistas. Olalla, de Arandilla (Burgos), de 58 años y especialista en lechazo, ya estuvo con la selección española de ciclismo cuando la dirigía Paco Antequera. En julio regresó al pelotón para alimentar al Astana de Contador. Por sus manos pasó el solomillo hinchado con clembuterol.

«Sólo lo probaron los ciclistas españoles del equipo», comentó ayer, sorprendido por la noticia del positivo de Contador. La carne fue para Contador, Noval, De la Fuente... Quedaron a salvo Vinokourov y el resto de los kazajos. Olalla recuerda con disgusto aquel paso del Tour por Pau, por el hotel Lescar. Desde hace varias temporadas, los cocineros forman parte de los equipos. Cada uno el suyo. No suelen tener problemas para meter mano en los fogones, pero en el 'Lescar' no le dejaron entrar en la cocina.

Se arregló con la vitrocerámica del autobús del Astana. «La carne del hotel era muy mala. Vinokourov casi no la probó y solo comió pasta», relata Olalla. Por eso, a Contador le preparó el solomillo traído desde Irún por José Luis López Cerrón, amigo del cocinero burgalés. «La factura de la carnicería debe tenerla alguien del Astana, porque en el equipo no se pagaba nada sin recibo».

Olalla, que disfruta de un año sabático, se encargaba del desayuno y la cena. «A veces iba al mercado». Conocía los gustos de Contador: «Una tortilla de dos huevos, cereales con leche de soja, arroz blanco y una compota con avena que traía Vinokourov». En su almacén para el Tour guardaba tres jamones de bellota. Solo le faltaba algo de carne, la que le pidió para el día de descanso a su amigo López Cerrón.

El solomillo que se le ha atragantado a Alberto Contador dos meses después de haberlo ingerido y por el que presuntamente ha dado positivo por clembuterol parece que tiene su origen en Irún. José Luis López Cerrón, ex ciclista vallisoletano y organizador de la Vuelta Castilla y León, fue quien lo compró; y Paco Olalla, quien lo cocinó.

«¿Paco, necesitas alguna cosa que voy para el Tour?», asegura el cocinero que le preguntó su amigo José Luis López Cerrón cuando aún estaba en las carreteras españolas camino del Tour, cita que no se pierde ningún año, aunque sólo sea por unos días. «Paco Olalla me comentó que les estaban dando una carne malísima, muy dura, y me dijo que mirase a ver si encontraba un solomillo de ternera. Salí de la autopista y en Irún estuve buscando alguna carnicería, encontré una y lo compré», explica López Cerrón.

«¡Qué carne más buena!»

«La carne tenía un aspecto fabuloso. Estaba perfectamente envasada al vacío y en ningún momento se podía pensar que tuviera ninguna complicación», comenta el cocinero, quien recibió la vianda la misma noche en que López Cerrón llegó a Francia, el 20 de julio, y que la cocinó para sus ciclistas en el autobús del Astana. Alberto Contador y varios de sus gregarios cenaron la pieza. «Incluso un chaval me comentó que ¡qué carne más buena!», recuerda el cocinero, quien insistió en el especial cuidado y esmero que tienen siempre con los alimentos que ingieren los ciclistas y que siempre van «a lo seguro».