Tigres, tigres, leones, leones

Ladies and gentleman, damas y caballeros (aquí vendría de lujo un redoble de tambores, trrrrrrr). ¡Bienvenidos al mayor espectáculo del mundo! 160 trabajadores de 22 nacionalidades, 50 artistas, cinco elefantes asiáticos, más de veinte caballos, diez aves exóticas, tres leones blancos, un tigre (también blanco) y otro de bengala, diez cocodrilos... y un León (de la Riva) que ayer ofició de improvisado maestro de ceremonias -más difícil todavía- para presentar en la Casa Consistorial el nuevo montaje con el que el Circo Mundial se acerca al Real de la Feria hasta el próximo 26 de septiembre. Un espectáculo único en Castilla y León que viajará luego a Zaragoza (El Pilar está a la vuelta de la esquina) para recalar después, durante cuatro meses, en Madrid. Pero de momento está aquí, en Valladolid, el que sus organizadores califican como «el mejor montaje de circo que hoy por hoy se puede ver en Europa». Casi nada.

Y a esto habría que añadir algo más, y es que el circo «no se trata de una actividad comercial pura y dura, sino que es un espectáculo que hay que fomentar», según palabras de León de la Riva, quien recordó que este tipo de montajes constituyen «una de las bellas artes» y que como tal deben ser tratados. Por eso, el regidor invitó a la 'troupe' del Gran Circo Mundial a darse una vuelta por el Ayuntamiento y presentar en la Casa Consistorial una muestra de las 25 atracciones que componen el repertorio circense de este año, donde destaca, tachán tachán, un precioso tigre blanco que ayer compitió con el León para ver quién de los dos es el rey de la selva consistorial. Y la cosa quedó en tablas, porque el alcalde no se amilanó ni un poco -tampoco lo hizo el tigre- a la hora de acercarse al felino (el regidor es un apasionado de los animales) y pasarle la mano por el lomo... y en repetidas ocasiones, porque no solo lo acarició en el salón de recepciones, sino luego también en las escaleras nobles del principal edificio municipal.

Luis Moreno, el jefe de pista, fue el encargado de presentar a este níveo tigre que, junto a otros tres leones blancos, componen una de las principales atracciones que pueden verse este año bajo la carpa circense del recinto ferial. «Es la primera vez que estos animales actúan en España», aseguró José María González, director del Gran Circo Mundial, quien explicó que tanto el tigre como los leones «aparecen y desaparecen ante los ojos del público gracias a un mago blanco que hace posible lo que parece imposible».

No se vayan todavía

Pero hay más. También por Valladolid anda (aunque no lo veamos trepar ni enredar por edificios de La Rondilla o Parquesol) el especialista que dobló las escenas más complicadas del rodaje de 'Spiderman', y que en el circo promete saltos de ocho metros, de trapecio a trapecio, y sin red de seguridad. Y más aún: papagayos que sobrevuelan las cabezas de los niños. Y espera espera, que todavía queda el número cómico del hombre que mide 1,60 y se casa con una mujer de 2,10. Y más risas con Toti, quinta generación de una familia de cómicos que ayer tocó la trompeta en el salón de recepciones del Ayuntamiento, o Chicharrín, «el payaso de México por primera vez en Europa».

Y si le sumas magos, equilibristas, algún que otro 'alejop' y un completo cuerpo de baile tendrás como resultado el circo, el mayor espectáculo del mundo, «que no deja de renovarse. Cuando decíamos que con el triple salto mortal se había llegado al máximo nos equivocábamos, porque ya se hace el cuádruple. Al final -asegura pleno de optimismo José María González- ni la videoconsola ni el cine ni Internet han podido con la magia de ver el circo en directo, porque nada de lo que allí se ofrece se puede experimentar a través de un cristal».