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Lorca (izquierda, sentado) con sus compañeros. :: EL NORTE
SEGOVIA

La Barraca, en Segovia

El grupo de teatro universitario de Federico García Lorca representó 'Fuenteovejuna' en Sepúlveda en agosto de 1932

CARLOS ÁLVARO

Miércoles, 18 de agosto 2010, 02:42

La Barraca, el grupo de teatro universitario que el poeta Federico García Lorca alentó y dirigió durante los años republicanos, visitó la provincia de Segovia al menos en tres ocasiones, la primera en agosto de 1932, en Sepúlveda, con el propio Federico a la cabeza.

Los muchachos de La Barraca, ataviados con sus monos azules, desplegaron las tablas del escenario en la plaza, enfrente del soportal de la pastelería de Jelillo. Daniel Cristóbal, corresponsal del 'Heraldo Segoviano' en la villa sepulvedana, me lo contó de viva voz hace unos años: «Recuerdo a Federico paseando por la plaza de Sepúlveda del brazo de Emiliano Barral, el escultor, entre las maderas que servían para montar el escenario. Imagino que vinieron a petición del propio Barral, que conocía al poeta. Representaron 'Fuenteovejuna', y fue todo un éxito».

Las delegaciones de la Federación Universitaria Escolar (FUE) eran el asidero de La Barraca en todas las provincias. La organización estudiantil laica mantuvo en Segovia una actividad intensa, pues organizó conferencias y clases nocturnas para los trabajadores. Fue un tiempo de efervescencia cultural y educativa, trufado de iniciativas muy loables, como la Universidad Popular Segoviana, las Misiones Pedagógicas o la Sociedad de Amigos de las Bellas Artes.

Sin embargo, a pesar de su espíritu humanista, ni las Misiones Pedagógicas ni La Barraca se libraron de furibundos ataques, todos procedentes de la derecha montaraz. Sus detractores llamaron a La Barraca «el carro de los títeres», despectivamente, claro, y de las Misiones Pedagógicas se llegaron a decir auténticas barbaridades, que eran el «apostolado del diablo», una «organización de antiespañoles al servicio de la Unión Soviética» y cosas por el estilo.

La izquierda perdió las elecciones en noviembre de 1933, y los sucesivos gobiernos derechistas redujeron las subvenciones a las Misiones Pedagógicas de manera paulatina. Lo mismo pasó con La Barraca, que acabó sus días en 1936, como el propio Lorca, asesinado el 19 de agosto en su Granada natal. La desaparición de Federico simbolizó mejor que nada el dramático final del sueño republicano.

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elnortedecastilla La Barraca, en Segovia

La Barraca, en Segovia