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ROSALÍA SANTAOLALLA
Lunes, 12 de julio 2010, 11:30
La idea rondaba ya por la cabeza de Ángel Olivares allá por el año 1998: había que aprovechar el tirón de Atapuerca en beneficio de Burgos. La agrupación local socialista lo llamó 'Atapuerca 2000'. Al año siguiente, ya en campaña electoral y como candidato del PSOE a la Alcaldía de la ciudad, hizo del antiguo solar de Caballería una de sus banderas y ya apuntó que una de las primeras cosas que haría, de llegar a primer edil, sería promover un 'Museo Regional de la Evolución Humana', como lo denominó entonces. Y llegó a la Alcaldía. Tomó posesión un sábado y el lunes, su primer día efectivo como alcalde, comunicó su idea a los codirectores de las investigaciones en Atapuerca. Y durante los cuatro años que duró su mandato, su empeño en el proyecto llevó a algún miembro de la oposición a acusarle de estar «obsesionado» con el museo.
El Ayuntamiento de Burgos convocó en el año 2000 un concurso internacional de ideas para el museo, del que salió vencedor Juan Navarro Baldeweg. El hecho de que el jurado no escogiera proyectos más llamativos, como los presentados por Jean Nouvel o Arata Isozaki, ha permitido estirar la polémica hasta antes de ayer, porque no hay que rebuscar mucho en las hemerotecas para encontrar la última crítica de algún concejal del PP a la supuesta falta de ambición de aquella elección. Pero la divergencia de opiniones sobre el diseño del futuro museo fue el menor de los problemas a los que se tendría que enfrentar el proyecto, que se convirtió en una especie de pelota de tenis que recorrió la distancia de Burgos a Valladolid y vuelta a la capital del Arlanzón varias veces, hasta que el Ayuntamiento y la Junta de Castilla y León se pusieron de acuerdo en el qué, el cómo y el cuánto.
El alcalde socialista tuvo como primeros interlocutores a Juan José Lucas, como presidente del Gobierno regional, y a Tomás Villanueva, como consejero de Cultura, al que se reclamaba por aquella época la entrada de la Junta en la incipiente Fundación Atapuerca para gestionar todos los proyectos relacionados con los yacimientos, declarados a finales del 2000 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Las buenas palabras iniciales tardaron en convertirse en realidad y no fue hasta el año 2003, ya con Juan Vicente Herrera al frente de la Junta, cuando las administraciones dieron el visto bueno al convenio de construcción y gestión del complejo, compuesto por un museo, un centro de investigación y un auditorio y palacio de congresos. Ángel Olivares ya no era alcalde de la ciudad cuando comenzaron a moverse las máquinas en el céntrico solar escogido para que las teorías de la evolución se miraran cara a cara con la Catedral.
La encargada de poner la primera piedra del complejo -que en realidad suponía el inicio de las obras del enorme aparcamiento subterráneo- fue Silvia Clemente, en el año 2004, acompañada de Juan Carlos Aparicio, del PP, elegido alcalde el año anterior por los burgaleses. En el periodo en el que Clemente estuvo al frente de la Consejería de Cultura, el proyecto experimentó su mayor avance, con un apoyo más decidido de la Junta a las investigaciones en Atapuerca -comenzó a acompañar a los codirectores en la presentación de los resultados de la campaña- y con la búsqueda de una fórmula de protección más ambiciosa y de mayor rango a la Sierra de Atapuerca, el ahora llamado 'Espacio Atapuerca'. Las obras del aparcamiento y la compleja tramitación del proyecto permitieron que, casi a mediados del 2006, comenzaran los trabajos de construcción del Museo de la Evolución Humana, que será inaugurado el día 13 por la Reina Sofía, en presencia de Juan Vicente Herrera como presidente regional, Juan Carlos Aparicio en su segundo mandato como alcalde de Burgos y María José Salgueiro como consejera de Cultura.
Aunque la financiación y gestión del MEH fue asumida en exclusiva por la Junta, el Complejo de la Evolución es un claro ejemplo de la colaboración entre instituciones: un proyecto de iniciativa municipal, asumido por la Administración regional, con tres 'piezas' de distinta gestión. La construcción del Auditorio y Palacio de Congresos recibe fondos regionales y del Ayuntamiento y será controlado por éste último. El Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH), ya en marcha, es gestionado por un consorcio del que forman parte el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Junta, a través de la Consejería de Educación. Otras dos administraciones 'condenadas' a entenderse desde que, en el 2004, dieran el visto bueno al convenio de financiación y de gestión de este centro de referencia en la investigación, con Juan Costa (PP) como ministro -y después María Jesús San Segundo, Mercedes Cabrera y Cristina Garmendia (PSOE)- y Francisco Javier Álvarez Guisasola y Juan José Mateos (PP) al frente del área de Educación de la comunidad autónoma.
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