Roberto Rivera Díez, 'Pirri'. :: M. Á. S.
VALLADOLID

Condenado a diez años y seis meses por raptar y tirotear a un joven en La Rosaleda

El fallo considera que el autor, Pirri, disparó a la víctima con el «ánimo de acabar con su vida»

J. S.

Jueves, 8 de julio 2010, 03:05

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El primer encontronazo con la Policía de Roberto Rivera Díez, alias Pirri, comenzó cuando contaba con tan sólo 16 años. Después vendrían un interminable reguero de detenciones, en su mayoría por robos, hasta que en la madrugada del 30 de abril del 2008 dio un salto cualitativo en su imparable carrera hacia la cárcel.

Aquella fatídica noche, cuando apenas llevaba un mes en libertad después de cumplir una condena de dos años, raptó y tiroteó a un joven después de utilizarle simplemente como chófer en un alocado viaje de ida y vuelta hasta la hoy desparecida discoteca La Rosaleda con la intención de tirotear al portero que le había echado del local. Todos ellos son hechos probados por la sentencia dictada ayer por la Audiencia Provincial. El alto tribunal condena a 'Pirri', de 25 años en la actualidad, a cumplir 10 años y 6 meses de cárcel por los delitos de tentativa de homicidio (6), detención ilegal (2,5), amenazas (1) y tenencia ilícita de armas (1).

Se trata de la mayor pena impuesta a un delincuente en los últimos años por un caso de homicidio sin consumar. Pero es que los magistrados consideran probado, «sin temor a la duda», que su intención cuando descerrajó un disparo con una escopeta de caza sobre la parte trasera del coche de la víctima era la de «acabar con su vida».

Los hechos se remontan a la citada madrugada de domingo de hace dos años. Pirri y un amigo, Sergio G. G. -implicado ahora en un apuñalamiento reciente y que se encuentra en paradero desconocido-, tomaban unas copas en La Rosaleda cuando tuvieron un encontronazo con otro grupo de jóvenes.

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Uno de los porteros del local, un boxeador profesional, decidió echar al hoy condenado a la calle. En ese intervalo llegó a amenazarle de muerte esgrimiendo una navaja -de ahí la pena por el delito de amenazas-. Roberto Rivera Díez subió a su coche, salió a toda velocidad y sufrió un accidente al chocar contra un bordillo. Por eso se bajo y, al ver pasar a la víctima -eran conocidos «de vista»- en su flamante BMW, le paró y le obligó a llevarle hasta su domicilio de Las Flores amenazándole con una navaja, según refleja el capítulo de hechos probados de la resolución judicial.

«Iba a matar al portero»

'Pirri', que durante la vista celebrada el 29 de junio -tuvo que repetirse la primera vez, en mayo, por la ausencia de su compañero-, se acogió a su derecho a no declarar, sí le explicó aquella noche al conductor que su intención pasaba por recoger una escopeta en casa y regresar a la discoteca a «matar al portero». La propia víctima, que declaró en la sala escoltado por cuatro guardaespaldas, llegó a testificar que «'Pirri' pudo haber matado a mucha gente si llegamos a La Rosaleda».

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Pero el joven conductor logró convencer a su captor de que le dejara marchar a cambio de dejarle su coche y aprovechó el instante en el que se bajó para acelerar e intentar huir. Roberto Rivera Díez no se lo pensó y disparó su escopeta contra la luna trasera del turismo. «Apuntó a la cabeza», refleja de forma gráfica el fallo, y tanto fue así que seis perdigones alcanzaron al conductor en la mandíbula, el cuello y la espalda. La víctima, pese a todo, logró circular unos metros por la mediana hasta que impactó contra una farola. 'Pirri' aprovechó para huir y su compañero -será juzgado en su día por complicidad-, que aún iba dentro del vehículo, hizo lo propio.

La sentencia condena también al homicida a pagar una indemnización de 87.253 euros. La mayoría, 58.534, por los daños en el coche, un BMW deportivo de gama alta. El resto (23.628) son para la víctima, 1.457 irán a parar a Sacyl y otros 3.633 por la farola derribada.

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