Los talleres de Renfe tendrán capacidad para reparar 6 Ave y 12 regionales diarios
El centro consigue el mantenimiento de los trenes S-103 de la línea Madrid-Barcelona
J. SANZ
Martes, 6 de julio 2010, 20:06
El director general de Renfe Integria, la división de mantenimiento de la compañía, Avelino Castro, visitó ayer la capital para despejar dudas sobre el futuro que les espera a los talleres del paseo de Farnesio y sus hermanos mayores, aún en construcción, que les sustituirán cerca del polígono de San Cristóbal en un plazo aproximado de año y medio. Esa fecha, comienzos del 2012, es la que fijó el propio dirigente para que las instalaciones estén listas para sustituir «de forma paulatina» a las antiguas dependencias de la estación.
¿Tendrán carga de trabajo? La respuesta del máximo responsable de Integria fue un sí. Rotundo. Castro anunció que la futura Base de Mantenimiento Integral (BMI), denominación que sustituye a la actual de Taller Central de Reparaciones (TCR), mantendrá «la máxima categoría» y asumirá, y esta es la novedad, el mantenimiento completo de los trenes de alta velocidad -la élite del parque ferroviario- que cubren la línea Madrid-Barcelona. Son los denominados S-103, las máquinas que salieron de los propios talleres vallisoletanos y las únicas autorizados a alcanzar los 350 kilómetros por hora en sus viajes -su récord está en 405 por hora- entra las capitales madrileña y catalana.
Centro de referencia nacional
El problema es que estos convoyes sólo podrán llegar a las futuras instalaciones del páramo de San Isidro dado que los talleres situados frente a la estación Campo Grande carecen de una vía de entrada de ancho internacional (alta velocidad). Pero el BMI vallisoletano, uno de los cinco existentes en el país, junto a Madrid, Vigo, Málaga y Barcelona, tendrá más carga de trabajo.
«También acometeremos aquí el mantenimiento de primer nivel de la serie 594 (regionales) y las grandes reparaciones de los trenes convencionales y de alta velocidad y los trabajos de transformación o fabricación que puedan surgir», destacó el director general de Renfe Integria, quien añadió que el taller también «será el centro de reparación nacional de componentes (ejes, equipos de frenos,...) de todo el parque de Renfe Operadora», compuesto en la actualidad por 1.162 máquinas autopropulsadas (cercanías y alta velocidad) y otras 549 locomotoras (media distancia).
Las instalaciones de San Isidro, que ocuparán una superficie de 18 hectáreas y 76.000 metros cuadrados cubiertos, podrán atender cuando estén a pleno rendimiento «el tratamiento diario de hasta seis trenes Ave y otros doce de media distancia (regionales) gracias a la construcción de tres vías de 430 metros con cabinas de pintura y de lavado».
Los convoyes de alta velocidad, la guinda del pastel, podrán acceder a las instalaciones desde el norte de la variante de mercancías a través de una vía de ancho internacional. El resto llegarán al BMI desde el sur por la vía de ancho ibérico.
«Las instalaciones de Valladolid, que tienen más de 150 años de historia, están preparadas para conseguir una carga de trabajo para otros 150», anticipó Avelino Castro. Fue su manera de decir que la compañía ferroviaria no le da la espalda a los talleres y, de paso, garantizó que sus futuros cometidos permitirán mantener los «531 puestos de trabajo que tenemos en la actualidad». Castro, además, destacó que el BMI también está preparado «para hacer nuestros trenes y los de los demás», en alusión a las nuevas líneas de negocio abiertas con miras a fabricar máquinas para otros países.
Pero todo eso es el futuro. Los talleres, por ahora, sigan donde surgieron hace siglo y medio mientras en los terrenos por los que discurrirá la variante de mercancías están en marcha las obras de construcción del nuevo complejo ferroviario de más de 70 hectáreas que incorpora el BMI, además de la estación de mercancías -sustituta de la de Argales-, un centro tecnológico y un taller de construcción y reparación de raíles de Redalsa.
Los trabajos, presupuestados en más 120 millones de euros, comenzaron a finales de julio del año pasado con un plazo de ejecución de 26 meses. El máximo responsable de Integria mantuvo las fechas e insistió en que, al menos los talleres, estarán listos «a finales del 2011 o comienzos del 2012». Otra cosa distinta es cuando se realizará la mudanza definitiva. «El traslado es complejo y requiere mucho tiempo porque tenemos que duplicar las instalaciones durante un tiempo para no perder ni un minuto de trabajo», señaló el director de Integria.
Los operarios, de momento, recibirán en septiembre un curso de formación en los talleres de Toledo para aprender «el mantenimiento de los trenes S-103», anticipó.
Criterios empresariales
Avelino Castro quiso dejar claro, y lo reiteró hasta la saciedad, que los talleres vallisoletanos «son un BMI, el máximo exponente de taller, y no pueden perder categoría». Y por eso aclaró que la rebaja de nivel (del A1 al A) simplemente obedece a un criterio empresarial.
La compañía ferroviaria, incidió, apuesta por la capital vallisoletana como base de operaciones principal de la zona norte del país. De ahí que haya decidido crear aquí la sede de la Gerencia de Mantenimiento Integral Norte en el marco de la «reestructuración de su división industrial de mantenimiento y fabricación». Dicho centro de mando gestionará y coordinará la actividad de los talleres menores ubicados en el País Vasco, Navarra y La Rioja junto a los de las provincias de Zamora, Salamanca, Palencia y Burgos. Entre todos suman una plantilla de 842 operarios, la mayor de las cinco regiones en las que ha dividido Integria el territorio.
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