Gabarrón premia a José Antolín como modelo industrial de Castilla y León

El Premio Internacional Fundación Cristóbal Gabarrón de Economía se engrandeció ayer al incluir en su lista de galardonados al industrial burgalés José Antolín Toledano. Fundador del grupo auxiliar de automoción que lleva su apellido, la mayor empresa originaria de Castilla y León por volumen de facturación, Antolín fue reconocido con el premio «por su contribución a la actividad económica y empresarial en el sector del automóvil. Por su impulso a la investigación y a la internacionalización. Por su papel como generador de empleo y por la consolidación de modelos económicos en la actual situación».

El jurado -formado por Antonio Catalán Díaz, presidente de AC Hoteles; Santiago González Suárez, director de TVE; Antonio Miguel Méndez Pozo, presidente del grupo Promecal; José Manuel Vargas Gómez, consejero delegado de VOCENTO; y Tomás Villanueva Rodríguez, vicepresidente segundo y consejero de Economía y Empleo de la Junta- eligió al empresario de Burgos frente a otros diez candidatos europeos, americanos y asiáticos y se rindió así ante una figura colosal que a los 14 años comenzó a trabajar en el taller mecánico de su padre y hoy está al frente de una multinacional con presencia en 22 países.

Homenajeado recientemente por el Gobierno con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, Antolín Toledano declaró que su «mayor satisfacción profesional son los puestos de trabajo creados». El Grupo Antolín es una multinacional líder en el diseño y fabricación de componentes y módulos para el interior del automóvil (techos, puertas y asientos) que emplea a 10.736 personas y facturó 1.596 millones de euros en el 2009. Suministra a los principales fabricantes mundiales y cuenta con 86 centros industriales y 20 oficinas técnicas y comerciales.

Sueño americano en Burgos

«No existen secretos, ni fórmulas mágicas para alcanzar el éxito empresarial -sostiene José Antolín-. Lo que hay detrás del proyecto Grupo Antolín es un enorme esfuerzo por parte de una familia rodeada de un magnífico equipo de profesionales que ha apostado siempre por su negocio y por su tierra. El tesón, la creatividad y la profesionalidad han sido las claves para que creciéramos hasta donde estamos ahora y constituyen la mejor garantía de perennidad de nuestro proyecto empresarial».

Antolín Toledano nació en la localidad palentina de Quintana del Puente en 1936, aunque con muy corta edad se trasladó a Burgos. Su abuelo ya fabricaba carros, por lo que la familia está ligada desde sus orígenes al negocio de las ruedas. Con 14 años comenzó a trabajar junto a su hermano Avelino en el taller mecánico que su padre, Avelino Antolín López, tenía en la Calle Salas de Burgos, donde aprendió del día a día y pronto demostró tener una gran vocación de emprendedor. Dicen que el sueño americano permite al conserje de una empresa llegar a ser presidente del consejo de administración. En el caso de Antolín, el 'sueño burgalés' consiste en levantar un imperio prácticamente de la nada.

Hermanos inventores

En los años 50 del siglo pasado, la rótula era una pieza que provocaba numerosos accidentes, sobre todo en camiones. Los hermanos Antolín inventaron una rótula con una pieza de caucho inserta en la de metal que permitía alargar la vida de este componente. Gracias a su innovación, en 1959 crearon la empresa Ansa y pronto comenzaron a recibir pedidos de los principales fabricantes de camiones. Barreiros fue su primer cliente, pero luego llegarían Pegaso, Simca, Renault, Seat, Land Rover…

En 1968, ya con la vitola de empresa de mayor calidad de Europa, Ansa se asoció a la alemana Lemförder y los hermanos Antolín pasaron a ser los socios mayoritarios del nuevo conglomerado, líder del sector. Fue momento entonces de que la firma adoptase una estrategia de diversificación de productos mediante la obtención de licencias para fabricar piezas del interior de los vehículos, como las cerraduras y los elevalunas.

Un año más tarde fallecía Avelino Antolín López y la empresa pasaba a ser gestionada por sus dos hijos, quienes en los años 70 se unieron a la compañía italiana Pianfei para producir guarnecidos interiores para los techos, basados también en una novedosa tecnología a partir del poliuretano.

El 'holding' Grupo Antolín veía la luz como tal en 1985 con el objetivo de gestionar, coordinar y consolidar las actividades de las distintas empresas que formaban la corporación. Ésta comienza una etapa de internacionalización, coincidiendo con la decisión de los constructores de automóviles en España de trasladar sus oficinas de desarrollo y centros de decisión a sus países de origen. Es entonces cuando Antolín se echa sobre los hombros el reto de salir al exterior. El primer paso fue la apertura de oficinas comerciales en Alemania, Francia y Reino Unido. Ya en los 90, la empresa burgalesa apostaría por la I+D+i con la creación del Grupo Antolín-Ingeniería.

De la seriedad y la solvencia de la compañía hay un dato que lo dice prácticamente todo. En el que quizás sea el momento histórico en que los bancos más desconfían de las empresas a la hora de prestarles financiación, el Grupo Antolín ha recibido un crédito de 50 millones de euros para poner en marcha su nuevo modelo organizativo.

El Premio de Economía de la Fundación Cristóbal Gabarrón, que será entregado el 8 de octubre, fue otorgado en pasadas ediciones a José Barea, Ignacio Sánchez Galán, Valpy Fitzgerald, Luis Ángel Rojo y Enrique Fuentes Quintana.