Alaejos acompaña a la Virgen de la Casita en su procesión a la iglesia de Santa María

La bajada de la Virgen de Nuestra Señora de la Casita abrió ayer diez jornadas de fiestas en Alaejos, que se prolongarán hasta el próximo domingo 9 de mayo, cuando se celebre una nueva procesión en la que la talla de la Virgen volverá a su ermita, después de que ayer fuera trasladada por los vecinos hasta la iglesia de Santa María. Alaejos celebra esta romería cada diez años, tal y como explicó ayer el alcalde de la localidad, Carlos Mangas, quien recuerda que «cada año hay una pequeña procesión en torno a la ermita, pero es cada década cuando se baja la talla a la iglesia». Los festejos de ayer se completaron con un mercadillo solidario organizado por la asociación de mujeres y por un concierto de música en el que se fusionó el flamenco con el rock.

Los vecinos volvieron a demostrar su devoción por una talla, la de la Virgen de la Casita, que es bendecida desde el año 1490. La documentación, recogida en un libro por Jesús Urrea, refleja que la Virgen se había aparecido ese año a una vecina de la localidad, Catalina de la Cruz, que recogía hierbas en el campo para luego venderlas en el mercado. Fue mientras hacía ese trabajo cuando tuvo la visión,» una poderosa luz que emergía de una de las retamas». Según recuerda Urrea en 'Revista del folklore', la Virgen pidió a Catalina que dijera a los vecinos del pueblo que «en la misma retama donde la aparición se estaba obrando, encontrarían una imagen suya que seria tan grande en portentos como pequeña en estatura» y que deseaba se la edificase allí mismo un santuario. Un santuario que ayer volvieron a visitar los vecinos para honrar a la Virgen (que además es alcaldesa honoraria de la localidad) y trasladarla en solemne procesión hasta la iglesia de Santa María.

Los alaejanos engalanaron los balcones, las viviendas y calles de la localidad, que durante los próximos días vivirá una nueva procesión (miércoles 5), exposiciones y teatro.