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J. MORENO
Sábado, 1 de mayo 2010, 03:01
El juicio con tribunal de jurado que deberá resolver si hay o no culpabilidad del palentino David A. S. en la muerte de la chica de 21 años Eki María Mayo, un suceso ocurrido en septiembre del 2008 en un piso del barrio de Parquesol de Valladolid, comenzó ayer con la constitución del tribunal del jurado en la Audiencia de Valladolid. Nueve personas, cinco de ellas mujeres, más dos suplentes, fueron 'examinados' por las dos acusaciones particulares, las públicas (Fiscalía y Abogacía del Estado) y la defensa del acusado, para determinar su imparcialidad en el veredicto que deberán de emitir previsiblemente antes de quince días. Este trámite se prolongó casi cinco horas bajo la supervisión de un magistrado de la Sección Segunda.
Posteriormente, la secretaria judicial dio lectura a las calificaciones provisionales de las partes, en las que destacó la de la defensa del joven palentino acusado, que considera que la muerte de la Eki María «fue un puro accidente» ocasionado por la discusión que mantuvo en la tarde del 12 de septiembre del 2008 en un piso de la calle Manuela Silvela.
El acusado, un recluso que había salido ese día de la cárcel de Dueñas, donde había cumplido condena por tráfico de estupefacientes, negó a través de su letrado haber mantenido una relación sentimental con la víctima, pese a reconocer que ésta le había visitado en varias ocasiones en la prisión después de que una amiga común les presentase. La familia de la víctima mantiene que sí hubo relación afectiva, y que fue el intento de la chica de romper con el acusado para volver con su antiguo novio lo que desató los celos de David y los golpes que provocaron la muerte de Eki Mari y el posterior traslado del cuerpo oculto en una maleta para enterrarlo en el término de Tariego de Cerrato.
Según está versión, el día que David salió de la prisión alquiló un coche para ir hasta Valladolid, ya que había quedado con una amiga con la que pasó toda la tarde, y también en compañía de su hermana. Fue al día siguiente, el 13 de septiembre, cuando el acusado volvió a la capital vallisoletana y se puso en contacto con Eki Mari para recoger una ropa que ésta tenía en su piso de Parquesol. Unas dos horas estuvieron juntos y, según el acusado, la víctima le pidió que pasara la noche con ella, a lo que no accedió, iniciándose una discusión que tras un empujón y la pérdida de estabilidad llevó a que la chica cayese y se golpeara contra la pared en la cabeza.
Asustado por la sangre y la pérdida de conocimiento, David asegura que la llevó a la bañera donde la mojó con agua fría con la intención de parar la hemorragia. Comprobó la respiración, pero ésta ya no respiraba. Ante esta circunstancia, y temeroso de volver a regresar a la prisión, el acusado, según la defensa, optó por iniciar una estrategia para ocultar los hechos, que se concretó en trasladar el cadáver y limpiar el piso de huellas.
Mientras que la defensa avanzó ayer su estrategia para este juicio de que los hechos fueron un «puro accidente» y en su caso un homicidio imprudente (tres años), la acusación particular y la Fiscalía sostienen que hubo delito de homicidio o asesinato, por el que piden penas de entre 15 y 30 años de cárcel y la prohibición de comunicarse con la familia de la víctima durante el tiempo de la condena.
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