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Azuela. Con esta herramienta se picaba el pino antaño . :: A.TANARRO
SEGOVIA

De la azuela a la taladradora

El Ayuntamiento investiga métodos que faciliten la tarea de los resineros e incrementen su productividad

F. A.

Domingo, 25 de abril 2010, 03:05

La extracción de la resina ha sido siempre una tarea penosa por los esfuerzos que los resineros realizan. «Muchos de ellos se prejubilaron por las hernias que el trabajo dejó en su cuerpo», explica el alcalde de Coca, Juan Carlos Álvarez. En las parcelas de pinar que el Ayuntamiento dedica a la experimentación se trabaja en métodos y artilugios que mitiguen los esfuerzos y permitan a los resineros atender, con las mismas horas de trabajo o menos que antaño, un mayor número de pinos, para así hacer más productiva su labor y mayor su remuneración.

Durante siglos y hasta los años 80 la 'herida' practicada al pino para que sangrase la resina se hizo a mano con una azuela de la que el resinero debía tirar con fuerza, operación que había de repetir cada tres o cuatro días, tiempo en el que cicatrizaba. Brazos y espaldas salían seriamente perjudicados y los resineros apenas podrían atender más de 3.500 pinos.

Posteriormente, las experiencias del INFIE condujeron a la aplicación de ácido sulfúrico sobre unos cortes transversales aplicados con una escoda. Es el sistema de pica de corteza con el que se trabaja ahora, aunque el ácido se aplica mezclado en una pasta de escayola para que dañe menos al árbol y dure más su efecto. El resinero debe picar el pino cada ocho días y ya puede atender cada temporada unos 7.500 pinos.

En los pinos municipales de Coca se experimenta ahora con una taladradora dotada de batería y una broca que dejan un pequeño círculo en el pino, en cuya base se aplica la pasta con el ácido. El tiempo que se tarda en operación tan sencilla y de esfuerzo infinitamente menor, permite que cada resinero pueda atender más de 11.000 pinos holgadamente, regresando a cada pino cada 30 días.

Una bombona de presión para la aplicación de la pasta con mayor celeridad y sin parones para rellenar los pequeños bidones de mano, es otro de los artilugios que están siendo probados, así como un prototipo de herramienta que haga más fácil retirar la corteza y sólo la necesaria, primera operación que los resineros realizan en marzo.

También se están probando unos recipientes de plástico para la recogida de la resina, de 2,5 kilos de capacidad, que sustituyan a los antiguos de barro que apenas recogen 800 gramos de miera y que obligan al resinero a vaciarlos de agua o de producto cada pocos días. Y no se descarta introducir pequeños vehículos para el trasiego de resina de los envases a las cubas de 150 kilogramos que se entregan en fábrica.

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