FRANCISCO IZQUIERDO
Viernes, 23 de abril 2010, 20:31
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A las ocho de la mañana, con la fresca como decían los abuelos, cerca de la ermita de la Virgen de Hontanares en Riaza, en la falda de la montaña, el secretario general del PSOE en Castilla y León, Óscar López, toma aire sobre unas rocas para anunciar dos cosas. Primero que quiere «ser candidato a la Junta de Castilla y León y ser presidente de la comunidad». Y para ello, apostar por un «puro cambio» en la política de la región.
Acompañado de la plana mayor de su ejecutiva, de su padre y su mujer, López, al aire libre y alejado de los formalismos típicos de cualquier rueda de prensa, desgranó la filosofía de ese 'Puro cambio' que servirá como lema de su precamapaña electoral.
Un proyecto que se escenificó en el Mirador de Piedras Llanas, a 1.488 metros de altitud, y que cuenta con un marcado simbolismo para López, pues a pocos metros descansan las cenizas de su abuelo. El lugar en el que el líder del PSOE tiene «fe a pesar de no ser creyente» y que quiere que sirva como señal de la pureza que pretende que se marque en el futuro de su apolítica.
Con la idea fundamental de «abrir un proyecto a todos los ciudadanos que quieran trasladar un cambio de actitud tras 25 años de gobierno de la derecha en esta comunidad».
Un giro que espera conseguir con, por ejemplo, «un cambio en la forma de hacer las cosas, de luchar contra la despoblación en nuestra tierra, de saber que los problemas de Castilla y León se resuelven desde dentro o que la política se tiene que hacer en la calle, con la gente, y no desde los despachos».
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Todo desde una perspectiva filosófica, puesto que en cuanto a las medidas concretas López pidió «tiempo para ir poco a poco». Aunque su línea sí tendrá una prioridad clara a la hora de conseguir que «Castilla y León recupere peso en España y Europa». En ese sentido mencionó a ex presidentes de otras comunidades autónomas, como el actual presidente del Congreso, José Bono, o Rodríguez Ibarra, para compararles con Juan Vicente Herrera que «es un desconocido fuera de la región».
En cuanto a los factores mejorables en el caso de que gane las elecciones, Óscar López remarcó la mejora de «los servicios para los ciudadanos como sanidad o educación o atajar problemas como el de la despoblación a través de políticas de ordenación del territorio capaces de generar oportunidades y garantizar la calidad de los servicios». Y en un día en el que López se sintió arropado por su núcleo duro y con la ilusión por las nubes, en un ámbito más personal desveló que su esposa, Marta Suárez, está embarazada de tres meses y pronto dará un hermano a su hija Jimena.
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