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V. M. NIÑO
Lunes, 29 de marzo 2010, 03:04
Los abuelos son para la mayoría de los niños el oasis familiar, la reserva de paciencia, juego y permisividad. Para Roxana Wisniewska, en cambio, su abuelo es su profesor y su abuela la acompañante en las piezas de violín que tienen dúo al piano. Las horas en casa de los abuelos son las clases del instrumento que cursa en el Conservatorio, a cuyos exámenes finales acude por libre. Si finalmente se decide por la música como profesión, Roxana, de origen polaco, será la cuarta generación de violinistas por rama materna y paterna.
Acaba de ganar el primer premio de violín del XXII Concurso de Jóvenes Intérpretes del Conservatorio de Música Profesional de Villena (Alicante) además de quedar segunda en instrumentos de cuerda. El año pasado probó suerte y este iba más segura «conocía el escenario, la mecánica, eso me permitió ir más relajada». Y como no cambiaron la obra obligatoria de Bach, le dio tiempo a perfeccionar un reto impropio de sus 14 años, Mendelssohn para la obra optativa.
Así que con su violín y su abuelo marchó a Alicante y ganó el premio. «Los concursos son buenos porque conoces a gente, ves cómo se hace música más allá de tu ciudad, te acostumbras a tocar delante del público y un tribunal», dice Roxana. Su madre, Wioletta Zabek, la concertino de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, la puso el arco en las manos. «Empiezas obligada, a los siete años no puedes elegir. Luego te gusta, después te cansas de la rutina porque es aburrida pero vas conociendo la música y te va gustando». Hace unas semanas dudaba si estudiar derecho o seguir con la música pero el premio parece haber cambiado su perspectiva. «Quiero y siento la obligación de seguir», afirma. Aunque si le pregunta a su madre por lo bueno y lo malo de la profesión, rauda le contesta: «No hay parte buena. Hay que estudiar mucho, produce estrés y nunca se pasa el miedo al público».
Pero Roxana abraza el violín: «Cuando me pongo a tocar, me concentro y olvido todo lo demás». Su hermana pequeña, de ocho años, también ha comenzado a tocar. «Ella es mucho mejor que yo, se trae el violín a casa y sigue practicando. Tiene más talento y constancia. Yo a su edad dejaba el violín en casa de los abuelos después de clase, no quería tocar más».
Entre sus compositores favoritos se cuentan Bach, Mozart, Wieniawski y Brahms. Precisamente al 'brahms' que interpretó Janin Jansen el pasado día 19, Roxana le encontró peros, «algunos sonidos estaban por encima». La lista de sus más admirados intérpretes la encabeza Hillary Hahn, «porque tiene una musicalidad increíble», y Frank Peter Zimmerman, entre los vivos, y Henryk Szeryng, ya desaparecido. Y como cualquier joven, le gusta estar con sus amigos, chatear en tuenti y usar el iTunes para bajarse música.
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