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Fernando Fernán Gómez, en la adaptación cinematográfica de 'La venganza de Don Mendo', que él mismo dirigió en 1961. :: EL NORTE
Muñoz Seca y su época
CULTURA

Muñoz Seca y su época

Autor de más de 200 obras de teatro, llenaba las salas de una época en la que la risa estaba servida por Arniches y Jardiel

FERNANDO HERRERO

Sábado, 6 de marzo 2010, 02:08

Eran otros tiempos políticos y culturales. El vil asesinato de Federico García Lorca (error del franquismo que no detectaron sus directos perpetradores), tuvo su contrapunto propagandístico con el igualmente vil de Pedro Muñoz Seca. Encerrado en una checa, hizo su último chiste «Me podéis quitar todo, mi dignidad, mi familia, mi propia vida, pero hay algo que os será imposible arrebatarme: el miedo». Autor de más de 200 obras de teatro, algunas de su sola autoría, otras en colaboraciones generalmente con Pérez Fernández, llenaba las salas de una época en la que la risa (y en ocasiones el drama superficial) estaba servida por Pedro Arniches, Enrique García Alvarez e incluso Jardiel Poncela. Los textos del primero eran los más facilones, astracanescos, término que le correspondía, humor grueso, sentimentalismo barato y una enorme facilidad técnica y de invención de retruécanos y chistes de más o menos buen gusto. Muñoz Seca fue el hito de un tiempo pasado que ahora parece volver a este presente cultural insatisfactorio que vivimos.

En el flamante Teatro Zorrilla se anuncian dos títulos de Muñoz Seca en estas fechas. El primero 'La venganza de Don Mendo' es un clásico, quizá su mejor obra, escrita en verso (¿) y jugando con diversos retruécanos enlazados con la realidad de momento. Por ejemplo la famosa frase «para lavar esta afrenta henos de Pravia» que decían los Infantes Pravianos y que el público estallaba en carcajadas por la referencia los famosos jabones. Toda la obra esta llena de estos juegos de palabras, fácilmente asequibles y ofrece a los actores cómicos ocasión de interpretar este curioso personaje, una especie de trovador que cae en la trampa femenina y la crueldad de cierta nobleza criticada sin compasión.

Fernando Fernán Gómez, hizo una creación irónica del personaje en el teatro y en el cine, que redundó en la fama de la obra, objeto de muchas representaciones generalmente de aficionados, aunque de vez en cuando suba a las tablas, como en el caso del Teatro Zorrilla, por profesionales de mayor o menos prestigio. Es difícil pensar en montajes alternativos al que surge de poner en pie esa cantidad de versos absurdos. Un profesor de Instituto, Abelardo González, escribió una segunda parte que no pudo ser editada ni representada por la oposición de Alfonso Ussia, nieto de Don Pedro, lo que no deja de ser una lástima porque constituye el mejor homenaje a su memoria.

En tiempos de Muñoz Seca, el teatro español se dividía en cuatro polos. El astracán por él representado y de forma más fina por Carlos Arniches y Enrique García Alvarez que concluiría en el ingenioso Jardiel Poncela, con obras que hoy se representan con éxito. El teatro de mesa camilla más selecto aparentemente, que firmaba Don Jacinto Benavente y todo sus seguidores, el poético y ampuloso, línea que ostentaban Pemán, Villaespesa y Marquina y por último el rompedor más ambicioso de Don Ramón María del Valle Inclán, Federico y Alberti entre otros. Había autores intermedios como Gregorio Martínez Sierra o Maria Lejarraga, Jacinto Grau, Linares Rivas. Un teatro del presente frente a otro del futuro. En el año 2010 la reaparición de Muñoz Seca, con una obra política y reaccionaria como 'Anacleto se divorcia' (el autor era muy conservador) no es desde luego una buen noticia.

La aparente buena salud del teatro español de hoy tiene matices muy peculiares. Escasísimas obras nuevas. En el terreno cómico si Alfonso Paso se convirtió en una especie de Muñoz Seca y Mihura, López Rubio y Carlos Llopis crearon un teatro de mayor calidad, Buero Vallejo y Sastre constituían, de forma diversa, la oposición, mientras se iban introduciendo autores extranjeros, Brecht, por ejemplo y surgían los primeros montajes de Lorca y Valle en una tardía recuperación.

La llegada de la democracia anuló la censura moral y religiosa pero no la económica. Por ello los teatros institucionales no han arriesgado en la programación, y las compañías privadas encontraron el chollo de los monólogos.com y la adaptación de películas al teatro, generalmente con pocos personajes y actores conocidos. Excepciones de calidad existen, sobre todo el montaje de los clásicos pero la vuelta a tras que culmina con Muñoz Seca es un síntoma preocupante.

Es curioso que de la producción de Muñoz Seca, tan numerosa, quede tan poco Fue un teatro de su tiempo pero su obra no corresponde a este año 2010. Si la presencia de 'La Venganza de Don Mendo' tiene cierta, sólo cierta justificación, mucho más sorprendente resulta la de 'Anacleto se divorcia' adaptada y dirigida por el Premio de Literatura de la Junta de Castilla y León, José Luis Alonso de Santos. Se revive una época y una forma de teatro superada hace muchos lustros. El presente, tan complejo, no ha encontrado, salvo casos aislados, sus autores en todas las gamas de la escena (cómica, dramática, épica…) los conflictos inmediatos no existen. Quizás están en los cajones esperando su ángel revelador. La economía manda casi exclusivamente, como antaño cuando la obra de Valle, por ejemplo, pertenecía al 'Teatro de lo Imposible' el de lo posible era el de D. Pedro, Don Jacinto y demás compañeros.

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